Margarita Nelken

15 de julio.

    Hoy he nacido. Mejor: be resucitado. Vamos, que si no es por Maruja, por mi adorable muñequita, no tiene el mundo a estas horas a un servidor.

     ¡Cuidado que el mar estaba tranquilo!

     Tranquilo, tranquilo, tranquilo... Pues no sé cómo fue, pero la cosa es que si mi Maruja adorada no da un chapuzón y me agarra de un pie, sí, señores, me voy a servir de menú a los peces y bichos adyacentes. Pero mi nena nada como una sirena con maillot y patillas rubias; posee, además, una fuerza poco común entre las jóvenes de su sexo. ¡Lo que es el tener una novia sportwomen!

   Porque desde hoy somos novios; oficialmente novios. Novios ante las dos mil personas que presenciaron mi salvamento y nos felicitaron después.

   ¡Oh Marujita mía! ¡Muñequita adorada! ¡Cuánto te amo!.

 

17 de julio.

    Soy el héroe de la playa. En cuanto pongo los pies fuera del hotel, me siento objeto de la curiosidad públíca: ese es aquel que..., este es el que aye ..., etcétera.

    Siento en torno mío el incienso de la gloria.  ¡Nenita mía!.. A ti, a ti te lo debo todo, empezando por mi propia vida. Ella, rica mía, lo comprende, y ¡hay que ver lo orgullosa que va cuando la acornpaño! Todo el mundo se fija en su novio. ¡Su novio es un hombre célebre!

18 de julio.

    Un incidente chistoso: ese majadero de González se abalanza hoy sobre mí en plena "Concha", y me estruja entre sus brazos, gritando como un condenado:

     _¡Eso está bien, chico! ¡Eres un héroe, un verdadero héroe! ¡Salvar así, con esa presencia de espíritu y esa sangre fría a una persona que ya está casi a pique!...

     Le he tenido que explicar que no fui yo el salvador, sino el salvado. Explicación larga y pesada. El imbécil no comprendía. y luego:

   _Chico, perdona; pero ¡cualquiera va a figurarse que es la mujer la que tiene que sacar al hombre a flote!

    Y vengan chistes y gritos y carcajadas. Maruja lloraba de risa. A mí, la verdad, el incidente, a pesar de su gracia, me ha molestado bastante.

22 de julio.

   Ayer tarde fuimos en barca al Puerto Viejo. Toda la pandilla. Maruja no se estaba quieta ni un minuto. Se sentaba, se ponía en pie... ¡Hasta intentó bailar! 

   Le dije dulcemente que se agitase algo menos, pues iba a hacernos volcar a todos. Ella soltó una carcajada y, traviesa, contestóme:

   _Bueno. ¿Y a ti qué? Ya sabes que junto a mí no corres peligro.

   La respuesta tuvo éxito. Sé que por la noche, en el casino, se ha comentado y celebrado mucho.

24 de julio.

   Adoro cada vez más a mi queridísima Maruja; pero, sin que pueda explicarme el porqué, tiene el don de ponerme nervioso.

    La indiscreción de las gentes no tiene límites. Cuando pasamos los dos muy acarameladítos, oigo ciertas risitas que, la verdad, me sacan de quicio.

    Y por mucho que me repita a mí mismo que desprecio la vil multitud...

 

25 de julio.

    Estaba yo tomando mi chocolate tranquilamente. Entra Pancho como un trueno en mi cuarto:

    _¿Sabes cómo os llaman? "Paula y Virginio"

    ¡Delicioso! ¡Habrá gente que se ría con tamaña estupídez!

27 de julio.

     He renunciado a los baños. En cuanto entraba en el agua, la playa entera no me apartaba la vista.

     Ayer empecé a bañarme sin esperar a Maruja, y un golfo de barquillero me grita:

      _¡Señorito, tenga usted cuidado, que va solito!

    La gente se moría. Parecía la playa una reunión de epilépticos.

     En ese instante llega Maruja y suelta a reír a mandíbula batiente. La verdad es que esta niña resulta a veces algo cargante.

28 de julio.

    Ha llegado mi futuro suegro y, claro está, le han enterado A por B, sin olvidar detalle, de toda esa ridícula historia de mi salvamento. El buen señor se ha hinchado de orgullo paterno y me ha dicho muy solemnemente, que ¡ya la puedo querer para pagárselol               .

    Maruja se ha sonreído modestamente. Con gusto le hubiera dado unos azotes.

29 de julio.

    Anoche, mientras bailábamos, oí a una señora decirle a su hija:

     _¡Ya la puede querer para pagárselo!

     Maruja también lo oyó y tuvo esa sonrisa que yo llamo "sonrisa de la historia del salvamento", y que me da ganas de pegarle.

1 de agosto.

    Día de mi santo. Al felicitarme, todo el mundo me ha reiterado la enhorabuena por Ia suerte que tuve el otro día. ¡Qué demonio! Al fin y al cabo, Maruja no hizo más que sujetarme con la mano, y eso por darse importancia. Si no me sujeta, ya hubiera yo sabido arreglármelas solo.

    Y, si lo vamos a ver bien, ella sólo me entorpeció los movimientos.

4 de agosto 

    Mi futura mamá política propone, "para el mes de mi salvamento" (¡oh!), una misa en la ermita de los náufragos del mar. 

      Le he soltado unas cuantas frases lapidarias. Maruja se ha puesto hecha una fiera y  me ha llamado ingrato.

5 de agosto.

,        Estamos de monos. Toda la playa está en contra mía  y me llama ingrato, desagradecido, etcétera, etcétera.

    La señora de López Gómez, esa cotorra cursi, dice a todo el que la quiere oír que, después de lo que mi novia hizo por mí, debía pasarme la vida a sus, pies, y era poco.

7 de agosto.

    Acabo de cerrar mi maleta. Me voy, me escapo; no sé adónde; a cualquier sitío, al polo Norte y entre los pieles rojas.

    La primera novia que tenga la tiro al agua y no la saco hasta que esté casi asfixiada. ¡Como hay Dios!  

(Tomado del nº 2 de la revista Lecturas del año 1924)

PULSA AQUÍ PARA LEER RELATOS SATÍRICO-BURLESCOS

 y AQUÍ PARA LEER TEXTOS DE VIAJES Y COSTUMBRES

 

IR AL ÍNDICE GENERAL