Epigramas

Juan de Iriarte

A un tuerto enamorado

Si como dicen es cierto
que amor por los ojos entra
no sé como en ti se encuentra
amor tanto siendo tuerto.


A una muchacha muda y rica

Rica y muda es la doncella:
mil andan alrededor:
dos dotes a cual mejor
lleva quien case con ella.

Limpieza de Madrid debida a Carlos III

Al igualar ya con tu cielo
tu suelo, Madrid, te atreves:
el cielo a Júpiter debes;
a Carlos debes el suelo.


Canciones del epigrama

A la abeja semejante,
para que cause placer,
el epigrama ha de ser:
pequeño, dulce y punzante.

Los malcasados

Cuando a alguno se pretende
casar contra su deseo,
el hacha apaga Himeneo,
y Tesífone la enciende.


Don Lindo

Quien se acicala y repule,
quien presume en el vestir,
o quiere que gusten de él,
o gusta mucho de sí.


De la extrema aflicción

Su dolor no llame agudo
quien llora con frenesí.
El gran sentimiento es mudo.
¡Triste de aquél que no pudo
decir siquiera: ay de mí!

 

El tiempo y el amor

Todo lo vence el amor,
todo lo consume el tiempo:
¿cuál de los dos puede más,
aquel niño, o este viejo?

La inoculación de las viruelas

Feliz hallazgo y virtud
del arte medicinal,
¡hacer que de injerto mal
brote la misma salud!


Heráclito y Demócrito

Aquel filósofo ríe,
este llora: aquel contempla
lo cómico de la vida,
este lo trágico de ella

 

 

IR AL ÍNDICE GENERAL