Luis de Vivero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  
     ¡Oh quién pudiese deciros
  lo que no puedo decir,
  de verme así despedir,
  muriendo yo por serviros!
  Que con el dolor que siento
  ningún sentido me queda
  para que deciros pueda
  cuanto puede mi tormento.
  
     Y pues mandáis apartarme,
  dadme pies para partirme,
  lengua para despedirme
  y manos para matarme;
  porque a la hora que os vi
  os di cuanto en mí tenía,
  así que no soy en mí,
  mas en vos, señora mía.
  
     Mis lágrimas y sospiros
  y cuanto más me atormenta,
  porque a nadie no deis cuenta,
  quiero con ellos serviros;
  mas pues servicios no pueden,
  mandadme tornar la vida,
  porque mis huesos no queden
  en tierra desconocida.
  
  FIN
     Tornadme la libertad
  para que pueda partirme,
  que de buena voluntad
  la daréis por despedirme;
  mi corazón me volváis,
  yo os lo di, y tan entero,
  que cual vos me lo tornáis,
  tal está que no lo quiero.
  

 

 

IR AL ÍNDICE GENERAL