He
visto atardecer tu rostro
en el desv�de unos labios
y al brillo del jazm�
He
visto como a pesar de tu
aparicir>
sobre los cuerpos,
piensas en el fuego y la
sangre confundidos.
He
visto
que para tu silencio no
bastan soledades
ni voces destruidas
y que en un llanto sostienes
las vigilias del alba.
A
lo lejos,
mil azucenas te miraban
como en una angustia de
hueso.