羚nt>Todo estᴩco, menos la sangre m�y la voz m� y el recuerdo volando.羚nt> Julia de Burgos Velas sobre un recuerdo. Inicio mi exilio, acurrucada entre mil recuerdos mi vientre y la luna, la soledad y los sonidos del silencio: todos son relativos a la luz. Avanzo despacio, sin desiertos ni avenidas las calles se abandonan a mi paso; mi geograf�sigue encadenada a la oferta y la demanda. La muerte estᠬejana, tampoco la temo; mis manos sobreviven descaradas de palabras y desde otro naufragio de lunas recojo las letras pues siempre hay rastros de poes�/font> hasta en el instante de la huida. Selene, hambrienta deseos apalabrados, busca la luz de otros tiempos, o 嬠nuestro?, la flor de un calendario, o un nuevo mapa, tan s쯠arranca p鴡lo a p鴡lo hasta la 䩭a hoja. All᠍ en la cercana lejan�/font> un volcᮠincinera las pesadillas, mientras el faro marca el horizonte; queda un mes para decir si hay vida o retorno all� donde el sol sorprende a la soledad hasta deshojarla de miedos cuando el capullo se abra ante el milagro del niue ya es hombre, se asome al mar, hidrate sus labios y pueda gritar versos sin cadenas el amor del poeta un parto de gorriones o la libertad de una isla. |
Desde el desierto de las sombras Estoy en el desierto de las sombras: aqu�la muerte serena tom࣡f頪unto a mi reflejo, una niᠯbserva, s쯠 queda la dorada huella de sus pies sin cuerpo desde su boca de l᧲imas navega el mar de los exilios. Cre� soᲠcon su mirada, con sus manos al cielo, tan pequeᳬ que acurrucaron mis dolores y sonre� en mi aliento danzar quise junto a su recuerdo, pero, como siempre, huye. Aqu�la noche es una ventana hacia el abismo. Me asomo, me falta el aire y un abandono de silencios duele en el alma y la venganza es un eclipse de miedos deshabitados Sigo aqu�aunque la soledad me hace el amor cada maᮡ... no tengo miedo, los minutos me aman en las noches. Mi diario sobrevive con arena y versos ajenos; secretos de nuevas risas, espejos y caricias. Pero a p᧩na llega a su fin, y pretendo morir bajo el Ტol de su nombre de niᠰerdida porque talaron hasta la 䩭a primavera de una ciudad sin cuerpos. Recuper頬a voz en el desierto de las sombras fue tarde, demasiado tarde羚nt> Mis palabras peregrinaron tras las huellas de sus ojos, respir६ aire de mi sombra alejada en otro eco y es que el tiempo jugࡠla ruleta con un pirata, muriendo sangres de manantiales deshidratados y as�omo el poeta, tampoco me quedan muertes para nacer, s쯠unas cuantas botellas vac� y la espera羚nt> |
A mi hijo Miguel Dime nii tus sueﳠcolorean caracoles, cuando estiro la mano para recoger un sol de duendes y los p鴡los sobre mis miedos que ya no estᮮ C᮴ame un personaje, un arco iris, un girasol, para disfrazarnos de mayo o de spiderman para enredar las realidades y sentarnos en las nubes. Dime nii la soledad es un turr/font> que rompe los dientes del viejo encapuchado y caprichoso y, as�el tiempo juega al un dos tres sobre una mariposa. P�ame una sonrisa, el salitre, una ilusi/font> para volar sobre todos los besos para lunear la luna lunera y volver a nuestro balc/font> Dime nii tus abrazos son esperanzas, para contarnos el cuento del pr�ipe y la princesa para volver a despertar siendo niᠣon tu amor y la palabra羚nt> |
쯳pan>u頍
oscuro es este lugar! Las rejas al otro lado de la ventana son tan
viejas y estᮠtan sucias... 塮tas historias guardarᮠesas
paredes! Te contar頰or qu頥stoy aqu�衠峠mis moretones? Han
pasado 6 meses y todav�se notan. Una huella inborrable en mi vida. Aquella maᮡ me levant頴emprano, el aroma del caf頲eci鮠colado perfumaba el pequestudio. Mientras 鬠dorm�feliz como un beb鬠 yo me preparaba. Despu鳠de vestirme para ir a trabajar, hice el desayuno. 婠maravilloso es el olor del pan tostado con mantequilla! Todav�lo saboreo en mi mente. Bueno, compa岡, as�ch頥l herbicida en el alero del balcT튉 sabes que con tanta lluvia salen plantas, hierbas y hasta helechos por cualquier rendija. No, no s頤 lo puse despu鳮 Juan Manuel debiਡber nacido en un desierto y no en el Caribe, pues no soportaba ni una sola hojita dentro de las casa. ﲠqu頥llos me preguntarᮠtanto por el herbicida? Luego acomod頬a mesita de la cocina con su mantelito de cuadros, el jugo, las tostadas con mantequilla, la mermelada de pique tanto le gustaba_ y el caf鮠Lo hac�todo con tanto amor... 奤es creerlo? Termin頹 lo llam鮠Juan Ma me contest৲u室o algo as� como que no lo jodiera, que ya desayunar�cuando quisiera. Me dio una sensacie angustia y coraje. Tir頍 los platos del desayuno, tom頭i malet� una maleta y me fui para nunca regresar. Ahora, t岥s mi 飡 compa岡, tienes que creerme. PULSA AQU͠ PARA LEER RELATOS SOBRE CR͍ENES |