Por
ínsulas extrañas
Del hierro muerto nace
Por siglos negra y seca
Del agua resbalando
Por mármoles, ciudades,
Del sueño caminamos
Por huesos la paloma
Del círculo de fuego
Por últimos caminos
Por ínsulas extrañas Las águilas del odio. |
En sus
uñas las señales,
Le duelen los dedos,
La tarde:
La tarde: (De Por ínsulas extrañas) |
(A Gonzalo Rojas) _No hay azar más claro que el iris de mi ojo, pregunten a los hijos que van llorando tierra, deténganse en el mar a respirar su vuelo si el sol es transparente y gime y no aparece. La adivina cierra sus ojos y crepitan los dientes y su lengua, malhumorada, seca. _La rueda vuelve siempre al centro de su cielo y todo se detiene y habla y permanece. _Desnuda en el desván irá tejiendo siempre, tal vez nunca regrese su amante de la guerra y bailarán los años y sin reconocer los trozos de metal, la columnata, el mar. _Después veo silencio y un grito despiadado. La sangre descubrió su propio peso hueco. Más allá un incendio y el caballo cónsul y mártires que huelen a gloria antojadiza. ...Hay nubes en mis cejas y peces, hay planetas... Puedo ver la huella cómo se desfigura y cae. La luna se avecina, el ángel se avecina. Dos mil campanas hieren, se clavan en mi oído y Jericó se rinde y el águila perece mientras el toro huye detrás de los leones. Penúltimas noticias, los heraldos corren: Ha caído Roma, Tenochtitlán el Cuzco. _Otra vez el llanto recorre mis anillos. _La policía aguarda detrás de las murallas, no hay escapatoria, me arrastran con azufre, me fuerzan, me condenan, me besan en la cara. _¡Alejen los espejos, aviven ese fuego! _El hambre me conmueve y siento como vuelan los cuervos en mi boca, enloquecidos míos. _¡Por qué jamás anuncio lo que se escribe ayer! ...Hay nubes en mis manos, recuerdo sólo el mar...
|
Las Meninas La niña observa al perro que ladra sin piedad al alba de la tarde perdida en un espejo. No existe la belleza en estos cuatro muros sino la podredumbre, el odio, la mentira donde me descompongo, me pudro, me arrebato de tanta inútil fama, poder, desasosiego. La España de la gloria ha muerto hace cien años, el hambre es la palabra, la ley de cada día donde morir quisieran los niños o los viejos y no morder el hábito de un cura carroñero. Aquí me tienen todos, delante de coronas, maestros, necedades, pruritos o acertijos; aquí les miro entonces a cara descubierta y río en los reflejos, en el palacio entero como un fantasma ronco que grita su verdad. Agónica mirada que cruza por el tiempo buscando en otros ojos mis ojos ya vacíos.
PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS SOBRE PINTURAS |
A Jaime Siles Este mar ... este mar ... Este Mar Único ... perfecto ... conjugado navegándose perpetuo en su descanso ceremonia rito de lenguaje He aquí el rostro de las horas el brazo que recorre y no respira (Yo he visto cómo el sol en su cadencia adivina el arrebato ... la partida) Argonautas que regresan con manzanas lirios ... islas en las manos y el peso de mis ojos en su viaje Aquí el mar completo en su desnudo frágil ... terrible ... cuerpo entero Aquí converge el sueño por su sangre y rompe el sol su centro presentido (De Ejercicio del decir. ) PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DEDICADOS AL MAR |