| 
       
  | 
    |
| Caigo sobre unas manos | 
       
        | 
    
| Verano 1966 | |
| Amor | |
| Geórgicas | |
| No tengo miedo ni esperanza | |
| En Bolivia y en ti | |
| Todos los árboles | 
| 
      
       
      Cuando no sabía aún que yo vivía en unas manos, ellas pasaban sobre mi rostro y mi corazón. Yo sentía que la noche era dulce como una leche silenciosa. Y grande. Mucho más grande que mi vida. Madre: era tus manos y la noche juntas. Por eso aquella oscuridad me amaba. No lo recuerdo pero está conmigo. Donde yo existo más, en lo olvidado, están las manos y la noche. A veces, cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra y ya no puedo más y está vacío el mundo, alguna vez, sube el olvido aún al corazón. Y me arrodillo a respirar sobre tus manos. Bajo y tú escondes mi rostro; y soy pequeño; y tus manos son grandes; y la noche viene otra vez, viene otra vez. Descanso de ser hombre, descanso de ser hombre. 
  | 
    
| 
       
      VERANO 1966  | 
    
| 
       
       
 
 PULSA AQUÍ PARA LEER LA TEORÍA AMOROSA DE DIFERENTES POETAS  | 
    
| 
      
       Tengo frío junto a los manantiales. He subido hasta cansar mi corazón. 
      
      Hay 
      yerba negra en las laderas y azucenas cárdenas entre sombras, Bajo las águilas silenciosas, la inmensidad carece de significado 
 PULSA AQUÍ PARA ESCUCHAR AL AUTOR RECITAR ESTE POEMA 
  | 
    
| 
       
      
      No tengo miedo ni esperanza. 
      Desde un hotel exterior al destino, veo  PULSA AQUÍ PARA ESCUCHAR AL AUTOR RECITAR ESTE POEMA 
  | 
    
| 
       | 
    
| 
			 
			
			 
 
 
 Todos los árboles se han puesto a gemir 
			al recordar tus bragas en la oscuridad, la luz debajo 
			de tu piel, Atravesando los aniversarios, a veces viajan las palomas ebrias. 
			Venga desnuda tu misericordia, 
			ah paloma mortal, hija del 
 PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS RELACIONADOS CON ÁRBOLES 
  |