Se
derrama tu orgasmo por mis piernas... Yo lo ignoraba todod de la vida... Mientras yo trabajo, escribo, leo en esta mesa... Arrancaré la tierra a dentelladas para llegar a ti...
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Se derrama tu orgasmo por mis piernas como mana la fuente de la vida que bebes y que acabas. Se derrama caliente, como todo tu cuerpo sobre el mío, se derrama el deseo y me asfixia al crecer. No te vayas aún, no te levantes, no me quites el peso de tu vientre, no te lleves el roce de tu mano ni me arranques tu risa, ni apartes tu mirada. Amor, por un instante, deja tu peso en mí.
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Yo lo ignoraba todo de la vida. Era muy joven y mis labios besaban dulces pieles que no se me negaban. Nadie me hablaba del dolor que yo no conocía y el amor lo intuía vagamente porque todo bastaba cuando el deseo crecía. Los besos entonces no mataban, ni herían las palabras, el placer sospechado era posible, vivía, puedo decir bien alto que vivía. ¿Qué pasó? No lo se. Las playas son las mismas, los cuerpos aún son jóvenes, el deseo es audaz _tal como entonces, quizá más_ mis muslos aún aprietan caderas poderosas, y sin embargo mi aliento se extingue lentamente y hieden ya todos los puertos donde arribo. Me duelen los recuerdos de otros días, las risas, los olores, el deseo que dejé de cumplir por lanzarme al camino. Ahora soy piedad inmóvil en mi casa, esposa austera y fiel, madre amante y tirana, oscura sombra de mí misma, aburrimiento tenaz, desidia _de dejarlo de ser_, se ha apagado la luz que más me llama.
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Mientras yo
trabajo, escribo, leo, en esta mesa, PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DE TEMA ERÓTICO |
Declaro que es
urgente ser feliz.
Desde esta misma
tarde queda establecida la obligación de ser feliz
Ahora mismo, ya,
tenemos, tu y yo, la obligación de ver salir el sol,
Me impongo la
obligación de no morirme a cada paso,
Desde esta
tarde misma estoy obligada a responder al teléfono si suena,
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Arrancaré la tierra a dentelladas para llegar a ti. Esperaré Dejaré que el sol salga mis veces y que otras mil se ponga, que los días destierren la juventud que queda, que el tiempo me haga vieja _también tú te harás vieja_. Esperaré mil años, te seguiré de lejos, recorreré tu calle, me instalaré en tu acera, esperará que salgas y me veas, recogeré tu odio si me odias, tu desprecio, sobreviviré a tu indiferencia. (Mientras tú me ignoras yo trabajo para hacer mío el mundo en el que habitas). Te vi y te amé, ¿qué más puedo decir? Esperaré, te dije, y así ha sido. Aún estoy aquí, siempre, esperando. |