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Belén Reyes

Mi boca es una herida

A Gloria Fuertes

Y me pongo a vivir cuando me llamas

No hay más que sentarse

 Mi boca es una herida
Sucede que mi boca es una herida
Los ojos de las monjas son medallas.
Mirando al mar de espaldas a la vida.
La espuma es una novia destrozada.
Sucede que es muy tarde para todo.
Los niños saben cosas y se callan
Mirar el mar sin ti, me da tristeza.
Soy la costra de un sueño, si me levanto sangro.
Sucede que me duele aquí, en la tinta.
La radio tiene manos y te abraza.
Tengo que irme ya, me necesito.
Copular con la luz de sombras me embaraza.

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A Gloria Fuertes
Gloria Fuertes que estás en los cielos
con el Dios del anciano del parque,
con el Dios que tejiste en tus versos…
con el dios que te hizo payaso
Gloria Fuertes que estás en los cielos…
Gloria Fuertes que estás en los niños
en los hombres y mujeres del pueblo.
Gloria Fuertes que un mes de noviembre
te escapaste sin boli y cuaderno.
Gloria Fuertes que estás donde Philips
donde Chelo, Asunción y otros muertos
Gloria Fuertes que ya sabes todo
lo que pasa después del silencio.
Gloria Fuertes que estás en mi vida
te has llevado un buen trozo del pecho.
Gloria Fuertes que estás donde sea,
no me basta la voz del recuerdo…
Yo te quiero en tu casa y tus cosas
con un whisky, un pitillo y un verso.

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Y me pogo a vivir cuando me llamas...

Me levanto del nicho de mi cama.
Me suelto los versos por la espalda.
Inyecto en mis venas tu mirada.
Y descoso del pecho las puntadas
que a la luz de tu ausencia me hilvanaba.

Y me pogo a vivir cuando me llamas...

 

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                                                         Para María Rosa

NO HAY MÁS QUE SENTARSE    

y esperar que suceda…

Ponerle un bozal al corazón.

Meterte en los ojos dos esponjas.

Suturarte los poros.

Quitarle los bafles al deseo.

Dos tapones de cera en los oídos.

Un somnífero al sexo y una amnesia.

Tragarte los versitos.

Atarte las caricias.

La leche calentita…

y un peluche en el pecho.

Que conozco la copla…

Y no hay más que sentarse y esperar que suceda…

Quien nos cubrió de besos azules y promesas.

Quien abrió nuestro cuerpo y nos sorbió la esencia.

Quien reprochó constante nuestra muda presencia.

Quien nos amó a lo loco…

nos dejará a lo bestia.

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