Carlos Salomón

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Poema para una muchacha feliz

Poema para una muchacha necesaria

Confesaré mi error...

POEMA PARA UNA MUCHACHA FELIZ


No sé como llamarte
para que me respondas
tú, que a lo lejos cantas;
tú, que en los bosques moras;
tú que sientes la vida,
que sueñas y que gozas,
que bebes en las manos
el agua que te adornas,
el pelo con ardientes
flores y verdes hojas.

Pasas. Tus pasos pones
sobre la yerba en sombra.
Sobre la yerba pasas,
tu pie en la yerba posas,
posas tu pie tan leve,
pisas tan blanda alfombra.

No sé cómo llamarte,
con nombre de qué cosa,
como a qué oculto río,
rama de qué alta copa,
suave animal en fuga,
breve gacela hermosa.
Alza los ojos. Brillan.
Ríes, la tierra tocas.
Te atiendes con los brazos
abiertos, jubilosa,
y ves el cielo, miras
su alta, azulada bóveda,
y el vuelo de los pájaros,
y el sol que reina y dora,
van sobre ti los pájaros.
Vas por los bosques, sola.
Brillan tus ojos. Ríes,
corres, cantas, colocas
hojas sobre tu pelo,
verdes y flores rojas.

Ah, qué clara palabra
busca, intenta mi boca
para nombrar tu cuerpo,
tu perseguido aroma,
Tu soledad silvestre,
la mano con que tomas
el fruto de la rama,
la flor, las verdes hojas,
y tus mejillas puras,
y el pelo que te adornas,
y tus desnudos hombros
como de blancas olas,
y tus seguras, ágiles
piernas de cazadora,
de muchacha que corres
por los bosques, y arroja,
cara al cielo su limpia
flecha vertiginosa.

 

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POEMA PARA UNA MUCHACHA NECESARIA


Conozco tus mañanas
negras, tus noches húmedas,
tus días sin remedio;
pero si me preguntan
yo les digo que tú eres
una muchacha pura,
que tienes dulce frente,
finas manos de lluvia.

No pruebes engañarme,
nada me engaña. Buscan
mis labios en tus labios.
Hallan la frase justa,
el sueño que te falta,
la luz que te repudia,
el peso que te vence;
Pero si me preguntan,
yo les digo que tú eres
una muchacha pura,
que eres una muchacha
pura,
una muchacha pura.

Ah, pensar, sonreír,
abrir el alma. Músicas
que suenan dentro,blancas
alas, manos de lluvia.
¿Por qué mentir, por qué
soñar si nos preguntan,
negar la mente cuando
el corazón lo anuncia?

Una dulce muchacha,
una muchacha pura
que viene por el bosque,
que surge y que se oculta,
que alza su brazo y mira,
y dobla su cintura,
y coge flores y alza
sus brazos a la luna.
Una muchacha. Tú eres
eres tú. Nunca, oh, nunca.
llegas y estás desnuda.
estás desnuda. ¿Estás
desnuda o te desnuda
la luna ante mis ojos,
te hace desnuda luna?
Luz, dolor, desnudez.
Oh, desnudez de luna,
luz de dolor, dolor
de luz que se desnuda.

Ah, pensar, sonreír,
abrir el alma. Turbias
horas que caen. Palabras
que llenan de penumbra
el corazón, recuerdos
de noches sin ventura.
Y Tú, precisa, clara;
clara y precisa y única.

Junta tu boca; junto
a mí, tu boca junta;
juntas nuestras dos bocas:
Mi boca con la tuya,
tu boca con mi boca,
dolor que se consuma.

Dolor, amor, dolor,
Amor. Torno a mi música.
Amor, dolor. Escucho.
Siento que se me llenan
dolor, amor.
Nada me escucha.
siento que se me llenan
las manos de dulzura.

Oh, nunca, nunca. Dime,
¿eres tú? Nunca, oh, nunca.
Una muchacha. Tú eres.
Eres tú, me preguntan.
Y yo les digo que eres
una muchacha pura,
Que eres una muchacha,
una muchacha pura,
que eres una muchacha
pura como ninguna,
que eres una muchacha
pura,
una muchacha pura.

 

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CONFESARÉ MI ERROR, DIRÉ QUE EN VANO


Confesaré mi error.Diré que en vano
quise, grité mis sueños hacia arriba,
que caminé de noche a la deriva
sin recoger lo que tocó mi mano.

Siempre era tarde cuando fue temprano,
agua de bosque cuando llama viva,
si acaso rama, se tornó en furtiva
raíz, invierno si miré verano.

Confesaré que vagabundo anduve
y que pedí que me olvidaran cuando
alto era el cielo de la noche clara.

Y más allá de la azulada nube
estaba Dios a solas, esperando
que entre todas las cosas le escuchara.

 

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