Carmen Borja |
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Cuando el amor se queda escaso... |
Cuando
el amor se queda escaso |
Hoy es buen día para morir. He amado de manera que no importa que me vaya. Sé lo que germina con una vida nueva y conozco la piedad, el miedo y la belleza. He sentido qué se rompe cuando agoniza en nuestros brazos el amor más hermoso y he visto atardecer de muchas playas. Qué decir de la lluvia, del salitre, de la brea, del reflejo de la luz en el agua, de la nieve en marzo, del presentimiento furtivo del verano.
XXVII Hoy es buen día para vivir. Recibo el sol como un regalo imprevisto. Hago con atención cosas sencillas, cosas cargadas de razones importantes. Siento la alegría en el corazón de Lena y la luz de sus ojos cargados de asombro. Cada acto, cada gesto, cada instante, cobran sentido en un mundo que comienza. También el abismo se agazapa tras mi puerta. Gozo del mar, del bosque o del día nublado y sé que no habrá otro si no es necesario
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El círculo amenaza con
cerrarse
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