Carvajales

 

 

 

 

 

 

índice

Canción 1

Romance

Villancete

Canción 2

 
  
     ¡Oh qué poca cortesía
  para ser tan linda dama,
  desamar a quien vos ama!
  
     Doledvos de mí, que peno
  la vida triste que vivo;
  non hagáis de mí ajeno,
  que nací vuestro cativo;
  renegad mala porfía,
  ¿non sentís que vos disfama
  desamar a quien vos ama?
 

ir al índice

     Terrible duelo hacía
  en la cárcel donde estaba
  Carvajal cuando moría,
  que de amores se aquejaba;
  circundado de dolores,
  muy áspero sospiraba,
  la muerte, poco temida,
  la vida, menospreciada.
  
     Viéndome triste, partido
  de quien más que a mí amaba,
  viendo yo robado el templo
  do mi vida contemplaba,
  viéndome ya separado
  de mi linda enamorada,
  aflito, con mucha pena,
  mi persona trabajada,
  visitaré yo los lugares
  do mi señoría estaba,
  besaré la cruda tierra
  que su señora pisaba
  e diré, triste de mí:
  Por aquí se paseaba,
  aquí la vide tal día,
  aquí conmigo hablaba,
  aquí llorando e sospirando
  mis males le recontaba,
  aquí pendaba sus cabellos,
  se vestía e despojaba,
  aquí la vide muy bella,
  muchas veces desfrazada,
  aquí la vide tal fiesta,
  cuando mi vida penaba,
  con graciosa hermosura,
  mucho más que arreada,
  aquí mostraba sus secretos,
  los que yo ver deseaba.
  ¡Oh desastrada fortuna!
  ¡Oh vida tan mal hadada!
  fallecióme mi placer,
  cuando más gozoso estaba.
  ¡Oh finiestras tan robadas!
  ¡oh cámara despojada!
  Llorad conmigo, paredes,
  la mi vida tan amarga,
  lloren todos mis amigos
  una pérdida tamaña,
  e lloren mis tristes ojos
  con rabia desordenada,
  de lágrimas haciendo tinta,
  de sangre purificada,
  nacida del corazón,
  por mis ojos estillada,
  regando mis tristes pechos,
  quemando toda mi cara.
  Sobrado de grand dolor,
  a mí mesmo preguntaba:
  ¿Dónde estás, tú, mi señora?
  ¿Vives como yo penada?
  ¿Quién privó la vuestra vida
  de mirar e ser mirada?
  ¿Quién partió tan grand amor
  con virtud tanto guardada?
  Ansí nos partimos ambos,
  tal es la última vegada,
  que el menos triste de nos
  muy agramente lloraba:
  pïedat hobiera grande,
  un cruel que nos miraba.
  
  FIN
  Do mi vida e bien se casan,
  dragos con lenguas rompientes
  mis bienes todos desatan,
  e del mundo me desbaratan
  los perversos maldicientes.
 

ir al índice

 
  
     Saliendo de un olivar,
  más hermosa que arreada,
  vi serrana, que tornar
  me hizo de mi jornada.
     Tornéme en su compañía
  por faldas de una montaña,
  suplicando si l'placía
  de mostrarme su cabaña;
  Dijo: "No podéis librar,
  señor, aquesta vegada,
  que superfluo es demandar
  a quien non suele dar nada".
     Si lealtad non me acordara
  de la más linda figura,
  del todo me enamorara,
  tanta vi su hermosura;
  dije: "¿Qué queréis mandar,
  señora, pues sois casada,
  que vos non quiero enojar,
  ni ofender mi enamorada?"
     Replicó: "Id en buen hora,
  non curés de amar villana;
  pues servís a tal señora,
  non troqués seda por lana,
  nin queráis de mí burlar,
  pues sabéis que so ajenada".
  Vi serrana, que tornar
  me hizo de mi jornada.
 

ir al índice

  
     Desnuda en una queza,
  lavando a la fontana,
  estaba la niña lozana,
  las manos sobre la treza.
     Sin zarcillos nin sartal,
  en una corta camisa,
  hermosura natural,
  la boca llena de risa,
  descubierta la cabeza
  como ninfa de Dïana,
  miraba la niña lozana
  las manos sobre la treza.
 

ir al índice

 

IR AL ÍNDICE GENERAL