Risa del monte, de las aves lira, pompa del prado, espejo de la aurora, alma de Abril, espíritu de Flora, por quien la rosa y el jazmín respira; aunque tu curso en cuantos pasos gira tanta jurisdicción argenta y dora, tu claro proceder más me enamora que lo que en ti naturaleza admira. ¡Cuán sin engaños tus entrañas puras dejan por transparente vidriera las guijuelas al número patentes! ¡Cuán sin malicia cándida murmuras! ¡Oh sencillez de aquella edad primera! Huyes del hombre y vives en las fuentes.
|
ir al índice |
Este
mortal despojo, oh caminante, PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DEDICADOS A LA MUERTE |
ir al índice |