Dulce María Loynaz |
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Si me quieres, quiéreme entera Por la ventana abierta entraba el sol |
Que la vida no vaya más allá de tus brazos. Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos, que tus brazos me ciñan entera y temblorosa sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra. Que me sean tus brazos horizonte y camino, camino breve y único horizonte de carne: que la vida no vaya más allá... ¡Que la muerte se parezca a esta muerte caliente de tus brazos! ... |
SI ME QUIERES, QUIEREME ENTERA Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra... Si me quieres, quiéreme negra y blanca. Y gris, verde, y rubia, y morena... Quiéreme día, quiéreme noche... ¡Y madrugada en la ventana abierta!.. Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda... O no me quieras! |
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EUNICE ANTE LA ESTATUA DE PETRONIO Ante la estatua de Petronio bello palpitando de dicha y de ternura encuentra Eunice la mayor ventura enlazando sus brazos a aquel cuello. Brilla en sus ojos mágico destello de amor y de placer y en su locura desata en la magnífica blancura el dorado raudal de su cabello. Y en los labios de mármol silenciosos va dejando los besos voluptuosos que el vivo fuego de su pecho alientan... Y son aquellos besos tan ardientes que los labios de piedra indiferentes al sentir su contacto se calientan...! |
Yo te fui
desnudando de ti mismo, |
Hombre que me besas, |