Honda es la herida del amor al verte en mis ojos mortales reflejada; pero la daga más apasionada la hunde el recuerdo, España: poseerte es mirarte en el alma, hecha ya suerte entrañada y total frente a la nada; pues en ti está mi vida sustentada, y en ti mi sangre ha de vencer la muerte. En el recuerdo y en el pensamiento cumpliendo voy mi vida y tu memoria. ¡Roca inmortal, límite al mar y al viento: hecha mi sangre verbo de tu gloria, arrástreme tu cauce violento hasta fundir mi sino con tu Historia! PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS RELACIONADOS CON EXILIADOS |
Para
ti sola mis canciones llegan andando por el aire, a sentarse junto a tus ojos, y a decirte lo que no saben. Para ti sola esta tristeza de ramo verde y desgajado que traigo en la tarde de oro, y que te pongo entre las manos. Para ti sola, cuando sueño, voy en el alto plenilunio, con guitarra y túnica roja a apuñalar los negros muros. Para ti sola estoy cavando el palacio que dure más. Al acabar lo dejaré vacío, porque tú y yo estaremos bajo el mar. |
Yo, muchacho aldeano, regresando por mis años de fresca, verde senda, traigo, para tu tiempo, la alegría de aquella inagotable primavera. Para tu boca traigo la caricia de tantas flores de color que sueña; para tus ojos en los que oscurece, la estrella de la tarde triste y bella. Traigo la voz del agua que ha pasado en el silencio tibio de la hierba; te traigo el cielo, corazón sonoro con álamos de música y ribera. Abre tu alma. Mira el valle inmenso. Nos ha correspondido esta riqueza. Es todo tuyo. El borde de la dicha va más allá del tiempo y de la tierra. |
¿Recuerdas? Era así. Césped de
alfombra |
La noche
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