Isabel Pérez de Montalbán |
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de tanta ligereza me recubro
De tanta ligereza |
He conocido cómo aman los peces
Aunque sí es necesario
maquillarse España, 1939-1977. El 9 de abril de 1977 se legaliza el PCE; el 28, los sindicatos. En octubre tienen lugar los Pactos de la Moncloa |
Porque no cabe ya más disciplina en este cuerpo. No hay otro destino o sólida estación a la que llegue. Amargamente vengo del naufragio –páramo sin botellas mensajeras– a tenderme en las dunas de la lluvia. Sospecho del invierno, que ya avanza la nieve desde el norte con sus bellos gigantes del recuerdo bien armados. Porque no existen labios que me asilen. Por fin el barco del buen camino me ha rescatado de la isla. Noviembre de 1991 PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DEDICADOS AL EXILIO |
Aprendre que, si un infant mata, la meva mà no és massa estranya. Lluís Llach. Aprendre Conocí mi infancia muy tarde,
cuando no me quedaba más que el febril deseo de recordarla o de inventarme mis hogares, la inclusa, los sucesos y mis orígenes felices, si existieron. O la pena transida, sepultada en lo estéril. Perdido casi todo. Canciones escolares, mi gusto por los mapas, el sabor de las moras blancas, las primeras lecturas, la lana de los lechos y el trajecito de domingo cuando había visita al manicomio. Perdido casi todo, supe que existió como se recibe un golpe inesperado, con dolor, sabiendo que era ya irrecuperable. La perdí muchas veces, me imagino. Cuando cambiaba en los recreos mi bocadillo de queso y jamón por los de mortadela que traía un compañero, pobre y bizco. O aquel día en que vi alejarse los ojos del amor desde la ventanilla de un tren con recorrido norte-sur. Supe que fue verdad mi niñez cuando aprendí a controlar la angustia por los piojos. |
Déjame que regrese, talismán
borroso de mi vida. Déjame dedicarme al espionaje de tus ojos, a las guerras navales de tus ojos, al juego de ruleta de tus ojos, al viaje sedentario de tus ojos. Y mientras yo regreso y me consagro a patrullar tus ojos, que tu mirada escape de mi hostil vigilancia, que se vaya muy lejos, fugitiva, a ver los mundos de tercera clase. Las plagas de miseria incuban larvas. Surca el hambre y se encalla en viejos puertos abandonados en la arena y en los peligros de la jungla. No hay bastantes sepulcros, nichos, fosas comunes, extensión suficiente, para enterrar la caza abundante de niños de una sola jornada. Los asedian nocturnos, durmiendo entre cartones por las calles. Al parecer deslucen el comercio. Que luego tu mirada con tus ojos regresen para ver el mundo de los míos, el mundo que se oculta detrás de mi retina. Bésame si descubres lo que has visto. 1991. África, Asia, Sudamérica y cuarto mundo del primero. |
Compañera, mi herencia de
rescate: Resurge de ese talco de la bruma una extraña emoción de luz cautiva. Yo también llego preso, con la certeza que abre tu muralla, con turbulento cauce de glaciar, para invadir tu imperio como héroe cesante. Confieso este delito sin castigo. Se esconde en tus cabellos la única llave que abre mi cadena. Un hombre soy, dispuesto a la derrota: respirando en su oxígeno hallarás el diálogo preciso para amarme y el mercurio que teje ardientes climas, membranas de la fiebre. 20 de agosto de 1992. Matanza en el mercado de Sarajevo. |
Compañera, hora en llamas: A la derecha de Dios, las mujeres con bella manicura, los banqueros jugando al golf con palos enemigos. A la izquierda, los niños, las termitas, el oro falso, la vida en cupones de riqueza aplazada. Nunca es tarde. No hay más que fe en el centro. El centro es Dios cansado y aburrido de esconderse y estar siempre tan solo. Dicen que ya no existe la hojarasca cubriendo los caminos de otro mundo. Pero la gente espera y compra suerte, hora en el veneno de las horas. Y mientras, el infierno sigue abajo, la derecha construye un cementerio, y la izquierda, un eclipse de emergencia. Qué frágil y pequeño el pesebre del hombre. (CARTAS DE AMOR DE UN COMUNISTA) |