De
láminas un libro yo hojeaba,
De
pronto «¡Watherloo!» dije en voz alta;
Dejó
la niña su costura al punto,
Y
mirando a su madre de soslayo, |
Se
aleja el barco. Luz de madrugada.
En sus alas la luz se
atornasola,
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Cortina
de los pilares
¿Ya olvidaste la canción
Suspendida del alar
De noche en el corredor
Por el patio van las
hojas...
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Una
flauta en la montaña...
Esa música que viene
Cogiendo en el huerto
Tocando, en la noche
en calma,
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En
la vieja Colonia, en el oscuro
Cerca, el Rhin murmuraba
entre la bruma,
Hablamos de amor, y
Franck, el triste,
«Yo brindo —dijo— por la
amada mía,
»Por mi pálida Musa de
ojos castos
Y Karl, el de las rimas
aceradas,
el poeta del pueblo, el
que ha narrado
«Yo brindo —dijo— por la
Musa mía,
»por la mujer de besos
ardorosos
«¡Brinda tú!»—me dijeron—.
Yo callaba
«¡Brindo por el amor que
nunca acaba!»
Y seguimos risueños,
charladores,
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