a la última estación, y no es la mía. Cruza sobre la palma de mano un tren de lejanías imprevistas. Puedo sentir el tacto metálico del hierro, su cremallera enorme como un cine. Sé que no son raíles, sino estelas de trenes anteriores, al pasar. Y algo que no conozco todavía se desabrocha sobre mí. Viajar en tren, dormir, soñar acaso. Confusamente oír que hemos llegado. |
Primer plano Cuando te duermes, miro cómo sueñas. Parece que estés muerta y, sin embargo, dentro de ti la vida se despliega como un libro infantil. Cruzo un país de pechos montañosos, de pliegues laberínticos, hasta llegar al límite imposible de tu interior. Te amo. Amo la cercanía de tu cuerpo tendido junto al mío, respirante, la primavera nórdica y el frío de tus pies. Yo sé que no estás muerta y, sin embargo, parece que ensayaras tu desaparición. Si ahora se despertase, la habitación, el mundo se esfumarían contigo sin esfuerzo |
OCASO |
Extiéndeme
tu mano, mujer de mis escritos; |