Jerrónimo de Cáncer y Velasco

El cortesano

 

 

A una rosa deshojada

Lo que ha de hacer...

A una mujer que fue muy celebrada...

EL CORTESANO

PERSONAJES

 

EL GRACIOSO. DON BLAS .

UN ACREEDOR. UN ITALIANO. MANUELA. TRES TAHÚRES.

 UN HUÉSPEDON MUJERES.

UN CRIADO. MÚSICOS.

(Salen el Gracioso y don BIas).

GRACIOSO

 Don Blas, amigo, vos sois hombre extraño,

y en la Corte vivís como ermitaño.

Siempre tímido estáis, siempre encogido,

y por ese camino vais perdido,

y no saldréis de pobre y desdichado

mientras que no viviéreis despejado.

DON BLAS

 Yo, amigo soy muy corto; esto es deciros

la verdad.

GRACIOSO

         Pues aquesto es destruiros;

porque si corto sois, de esa manera

nunca sabréis qué es coche ni litera,

ni camisa os darán en azafate,

ni jamás tomaréis buen chocolate,

ni sabréis qué es castor en un sombrero,

 ni comeréis salmón de lo primero;

que aquesto, y más, adquiere aquí un cristiano

 sólo con saber ser gran cortesano.

Porque aquí el cortesano de gran fama

halla comodidad, regalo, dama,

gusto, favor, contento y alegría,

porque es gran cosa la cortesanía.

DON BLAS

¡Jesús, este es hechizo soberano!

y ello, en suma, ¿qué es ser gran cortesano?

 GRACIOSO

 A puntos se reduce diferentes,

pero estos son, don Blas, los más corrientes:

Siempre andar de negocio y no despacio,

y sin tener que hacer, irse a palacio;

decir (aunque jamás lo haya tenido):

"Este pleito me tiene destruido",

y aquello de "Yo soy muy desgraciado,

 si aquesta vez no salgo despachado".

Acompañar ministros si los topa,

y hacer sus reverencias en la tropa.

En un garito entrar, grande o pequeño,

y de cualquier materia hacerse dueño;

 despedirse diciendo con voz quieta:

"Fuerte día es el día de estafeta".

Si viene el acreedor, agasajarlo,

contarle alguna nueva, y enviarlo.

Decir, si importa, que lo negro es blanco,

y en las honras tomar punta de banco.

y en fin, meterse en todo, con buen modo,

y hablando, hallar salidas para todo;

y el que esto sabe hacer, anda comido,

con dinero sobrado, y bien vestido,

y todos lo convidan a porfia,

porque es gran cosa la cortesanía.

DON BLAS

 Pues, amigo, en mí aqueso es imposible,

porque soy corto todo lo posible,

y no hablaré palabra en dos mil años,

y muy extraño soy con los extraños,

y en mi vida, que digan blanco o prieto,

adonde no me llaman no me meto.

GRACIOSO

 Pues sois un simple y cuatro mentecatos,

 y jamás no tendréis para zapatos.

y andaos conmigo hoy, que he amanecido

sin blanca, y con dineros y comido

he de volver, y en esto no se dude.

DON BLAS

 Con mis pocas palabras, ¡Dios me ayude!

GRACIOSO

Agora lo veréis, hombre cuitado. (Sale el Acreedor).

 

 

ACREEDOR

 Este ha mil días que me trae engañado,

 y es un grande embustero,

y agora aquí ha de darme mi dinero.

GRACIOSO

 Aqueste es mi acreedor, y en un instante,

veréis como lo pongo como un guante.

Aguardad, y veréislo satisfecho.

ACREEDOR

 ¡Oye usted, vive Dios!, que es muy mal hecho,

y muy grande picardía,

el traerme hoy, mañana, eso otro día,

sin pagarme mi hacienda en todo un año.

GRACIOSO

Usted tiene razón. Soy un tacaño,

un pícaro, un bergante y un hereje.

Pero aquesta semana usted lo deje,

que usted será pagado y repagado,

 e irá de más a más bien regalado;

y no hable más palabra, pues le digo,

 que no soy yo en la Corte mal amigo.

ACREEDOR

  ¿Qué es no hablar?

(Muy recio y arrempújale).

GRACIOSO

         ¡No hay tal hombre en esta villa!

¿No ha oído usted aquella satirilla

que corre ahora? Pero punto en boca,

que habla de lo mayor y en todo toca.

ACREEDOR

 ¿Qué satirilla? ¿Qué es un desvergonzado?

GRACIOSO

 Si calla usted, yo le daré un traslado.

ACREEDOR

 Es un embusterón de más de marca.

 GRACIOSO

 ¿Usted no ha sabido lo de Dinamarca?

ACREEDOR

¿Qué Dinamarca? ¡Pícaro, embustero!

y pues cobrar no puedo mi dinero,

a palos cobraré, tarde o temprano.

(Pégale).

GRACIOSO

 ¿Así se trata a un grande cortesano?

ACREEDOR

Tome, digo.

(Pégale).

 

GRACIOSO

      ¿Conmigo atrevimientos?

¡Que soy sujeto de acompañamientos!

ACREEDOR

 Pues mire lo que digo en esta calle:

hasta la coma tengo de sacalle.

(Vase).

DON BLAS

 ¿Sabéis lo que imagino, hombre ignorante?

Que es él, quien os ha puesto como un guante.

 ¡Buen negocio tenéis, por vida mía!

GRACIOSO

¿Habéis visto, qué acabada está la cortesanía?

DON BLAS

Si viene el acreedor, agasajallo,

con talle alguna nueva y enviallo.

GRACIOSO

¡Pero este es un borracho mentecato!

 

(Salen tres Tahures).

TAHUR 1

 ¡No he de dar un ochavo de barato!

TAHUR 2.°

 Yo le di a usted la silla.

TAHUR 3.°       

        Yo he contado.

TAHUR 2.°

 Un barato me debe usted atrasado.

TAHUR 3

 Aquella mano, yo tuve el sombrero.

TAHUR l.º

 No he de dar a mi padre ni un dinero.

GRACIOSO

(Este ha ganado, y para despicarme,

a ninguno ha de dar, y a mí ha de darme).

Hidalgos, apartad ¿ Esto se hace?

Esto es ahogar a un pobre caballero,

que ha perdido estos días su dinero,

y tiene sus alhajas empeñadas

y gana cuatro blancas desdichadas.

 ¡Cosa terrible es, Dios me es testigo!

No dé usted a nadie, y véngase conmigo,

venga, que le está bien el no dejarme.

TAHUR 1

¿Y quién le mete a usted en gobernarme?

GRACIOSO

 Yo, que me duelo aquí de verlo  ahogado.

TAHUR 1

 Pues sólo porque usted me ha aconsejado

que no dé nada a nadie, a cuantos haya

 tengo que dar barato.

GRACIOSO

           Aqueso vaya,

que a su sangre de usted es muy debido.

TAHUR 1.º

 Sino es a él, porque es entremetido. (Pégale).

Tome usted, tome usted, vayan tomando,

y tome usted que ahí se está callando.

(Dales barato).

DON BLAS

 Dios me guarde a usted.

TAHUR 1.º

              Bueno ha quedado.

TAHUR 2.°

 El embustero.

TAHUR 3.°

       El muy desvergonzado.

TAHUR 1.º

 El bufón mequetrefe.

TAHUR 2.°

           El buscavida.

TAHUR 1.º

 Vaya, que aquesa flor ya está entendida.

(Vanse todos, dando con las capas al gracioso).

GRACIOSO

 Con muy mal pie he salido aqueste día.

DON BLAS

 ¿Habéis visto, qué acabada está la cortesanía?

GRACIOSO

 Este es un picarón, y un grosero.

Pero aquí viene un príncipe extranjero,

y ha de entrarme en su coche, mientras pasa,

y he de volver aquesta noche a casa,

con mil curiosidades muy distintas;

con guantes, abanicos, medias, cintas,

 ámbares, estufillas, y dineros,

que debo mucho yo a los extranjeros.

DON BLAS

¿Todo eso traeréis aquesta noche?

GRACIOSO

 Y mucho más que aquesto.

(Sale un Italiano, y un Criado delante).

  CRIADO

                    Llega el coche.

lTALIANO

 Llegui el coche de prisa, e vamos lueco

 en cas de la mochache del zarambeco.

Vamos allá volandi,

qui por verla bailar estó rabiandi.

¡Válgate el diabli, digui, la taimada,

qui hace así, no sé comi, qui me agrada!

Vamis.

GRACIOSO

         Beso los pies de vusiría,

ya que en la Corte está, por dicha mía.

Mas ¿qué le ha parecido? ¿No es gustosa?

Mas todo con Italia es poca cosa.

Pero en el coche iré, si no embarazo.

ITALIANO

¿Qui cosa aquesta desti poltronazo?

CRIADO

Es hombre noticioso, e informado,

 es mordaz, es picante y es versado.

ITALIANO

 ¿E qui me importa el mordaz ni el embeleco,

si no sabe bailar lo zarambeco?

GRACIOSO

 En el coche entraré, por más abono.

ITALIANO

¡Váyase noramala el farfantono!

i Con parolis aquí tenerme quiere!

Vamis a ver bailar desta maniere:

zarambequi lindi, zarambequi lindi.

GRACIOSO

 Suplico a vusiría ...

ITALIANO

          No hay supliqui

dadle un cargui de palos si repliqui.

Zarambequi lindi, lindi zarambequi.

(Vanse, y el Italiano bailando el zarambeque).

GRACIOSO

Yo pienso que esto va en vos,

que por verme acompañado,

no me entró el príncipe a mí

 en su coche.

  DON BLAS

       Esto está claro;

y por mí os dijo también

 farfantón y poltronazo.

GRACIOSO

 Ahora al último remedio

 apelo, aquí como a pasto

 en esta casa. Mas no

 quisiera que embarazado

se hallara el dueño con vos;

que por mí, alzará las manos

a Dios, de verme en su casa.

DON BLAS

 Veamos si lo embarazo,

 y yo me iré.

GRACIOSO

   Aquí veréis

las honras y el agasajo

que me hace este caballero.

No hay hombre a quien deba tanto,

veislo aquí.

(Sale un Huésped).

HUÉSPED

   Poned la mesa,

que hoy tenemos convidados,

 y esté todo prevenido.

GRACIOSO

 Poner la mesa ha mandado

 al instante que me vio.

HUÉSPED

 Aquí está mi cotidiano.

¡No ha de comer, vive Dios,

aunque yo me esté diez años

sin comer y sin beber!

GRACIOSO

 No tenéis que apresuraros

 en mandar poner la mesa,

que yo por parlar un rato

vengo, más que por comer.

HUÉSPED

 No sois vos por quien lo mando,

 que antes vos me embarazáis.

GRACIOSO

 (El veros aquí ha extrañado,

como es la primera vez).

HUÉSPED

 Es el caso, que yo aguardo

unas damas, que en mi casa

 hoy han de hacer un ensayo

de unos bailes, y les tengo

 prevenido hoy un bocado,

y si os ven se extrañarán.

GRACIOSO

  ¡De que eso digáis me espanto!

¿Pues hay mujer en la Corte,

de grande o de bajo estado,

que pueda de mí extrañarse?

Yo sé que se huelgan harto

de verme.

HUÉSPED

Mucho lo dudo.

GRACIOSO

 Pues no tenéis que dudarlo.

(Idos, idos; cosa rara, (a don Blas)

donde quiera dais enfado).

HUÉSPED

¡Ah, señoras, salgan presto,

porque vamos ensayando!

(Salen las mujeres todas).

MUJERES.- Ya estamos todas aquí,

para que se haga el ensayo.

GRACIOSO

 Pues bailen muy norabuena,

que de albricias que han llegado,

les perdono la merienda,

que quiero andar cortesano.

MANUELA

 ¿De quedar tan burlado

nunca se afrenta?

GRACIOSO

 No, que guardo las burlas

 para las veras.

MANUELA

¿Para qué gasta tanto

la cortesía?

GRACIOSO

Para conservar con ella

cena y comida.

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A UNA ROSA DESHOJADA

Esa mustia beldad, que enamorado

tuvo al abril su verde lozanía,

fragante joya, que al romper del día

sacó al primavera en el tocado;

substituta del sol, astro esmaltado,

que igualmente alumbraba e influía,

y en su verde apacible tiranía,

por reina se hizo coronar del prado;

a mano descortés, segur villana.

Rinde cuanto esplendor y pompa adquiere,

pagando como culpa el nacer rosa.

¡Oh! no se fíe la belleza humana:

que es breve flor, que cuando nace muere,

mucho más que por frágil, por hermosa.

 

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LO QUE HA DE HACER EL QUE HA POCO

ES GRANDÍSIMO CABALLERO

Hacer con un rocín mucho ruido,

tenerle a tiernas ferias vinculado,

jurársela a diez damas en el prado,

y no ser de ninguna conocido.

Alabar un calor que aun no ha venido,

decir mi mercader, y mi Letrado,

mandadle muchas cosas a un criado,

y las que importan menos al oído.

 

Buscar quien sobre joyas de dinero,

 

venir de oír a una mujer que canta,

y haber estado siempre en cierta parte.

Es lo que debe hacer el Caballero;

y sobre todo la Semana Santa,

sin que le llamen, siga su estandarte.

 

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A UNA MUJER QUE FUE MUY CELEBRADA

Y MUY HERMOSA Y SE VIO DESPRECIADA

POR SER VIEJA

Flora es aquella, cuya edad luciente

alma fue del Abril, copia del cielo,

cuyo dorado, cuyo hermoso pelo

equivocó las luces del Oriente.

Fueros impuso a amor, que blandamente,

introdujo en el pecho más de hielo,

 

y libre casi del común recelo,

 

creyó que su beldad no era accidente.

Ya de todos se mira despreciada,

siendo horror, siendo enfado a los sentidos

a quien avisa, en vez de hacer engaño.

Ni aun por su edad de nadie es venerada,

con que nos muestra, que años divertidos

 

en la cuenta del tiempo no son años.

 

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