EL CORTESANO
(Salen el Gracioso y don BIas). GRACIOSO Don Blas, amigo, vos sois hombre extraño, y en la Corte vivís como ermitaño. Siempre tímido estáis, siempre encogido, y por ese camino vais perdido, y no saldréis de pobre y desdichado mientras que no viviéreis despejado. DON BLAS Yo, amigo soy muy corto; esto es deciros la verdad. GRACIOSO Pues aquesto es destruiros; porque si corto sois, de esa manera nunca sabréis qué es coche ni litera, ni camisa os darán en azafate, ni jamás tomaréis buen chocolate, ni sabréis qué es castor en un sombrero, ni comeréis salmón de lo primero; que aquesto, y más, adquiere aquí un cristiano sólo con saber ser gran cortesano. Porque aquí el cortesano de gran fama halla comodidad, regalo, dama, gusto, favor, contento y alegría, porque es gran cosa la cortesanía. DON BLAS ¡Jesús, este es hechizo soberano! y ello, en suma, ¿qué es ser gran cortesano? GRACIOSO A puntos se reduce diferentes, pero estos son, don Blas, los más corrientes: Siempre andar de negocio y no despacio, y sin tener que hacer, irse a palacio; decir (aunque jamás lo haya tenido): "Este pleito me tiene destruido", y aquello de "Yo soy muy desgraciado, si aquesta vez no salgo despachado". Acompañar ministros si los topa, y hacer sus reverencias en la tropa. En un garito entrar, grande o pequeño, y de cualquier materia hacerse dueño; despedirse diciendo con voz quieta: "Fuerte día es el día de estafeta". Si viene el acreedor, agasajarlo, contarle alguna nueva, y enviarlo. Decir, si importa, que lo negro es blanco, y en las honras tomar punta de banco. y en fin, meterse en todo, con buen modo, y hablando, hallar salidas para todo; y el que esto sabe hacer, anda comido, con dinero sobrado, y bien vestido, y todos lo convidan a porfia, porque es gran cosa la cortesanía. DON BLAS Pues, amigo, en mí aqueso es imposible, porque soy corto todo lo posible, y no hablaré palabra en dos mil años, y muy extraño soy con los extraños, y en mi vida, que digan blanco o prieto, adonde no me llaman no me meto. GRACIOSO Pues sois un simple y cuatro mentecatos, y jamás no tendréis para zapatos. y andaos conmigo hoy, que he amanecido sin blanca, y con dineros y comido he de volver, y en esto no se dude. DON BLAS Con mis pocas palabras, ¡Dios me ayude! GRACIOSO Agora lo veréis, hombre cuitado. (Sale el Acreedor).
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ACREEDOR Este ha mil días que me trae engañado, y es un grande embustero, y agora aquí ha de darme mi dinero. GRACIOSO Aqueste es mi acreedor, y en un instante, veréis como lo pongo como un guante. Aguardad, y veréislo satisfecho. ACREEDOR ¡Oye usted, vive Dios!, que es muy mal hecho, y muy grande picardía, el traerme hoy, mañana, eso otro día, sin pagarme mi hacienda en todo un año. GRACIOSO Usted tiene razón. Soy un tacaño, un pícaro, un bergante y un hereje. Pero aquesta semana usted lo deje, que usted será pagado y repagado, e irá de más a más bien regalado; y no hable más palabra, pues le digo, que no soy yo en la Corte mal amigo. ACREEDOR ¿Qué es no hablar? (Muy recio y arrempújale). GRACIOSO ¡No hay tal hombre en esta villa! ¿No ha oído usted aquella satirilla que corre ahora? Pero punto en boca, que habla de lo mayor y en todo toca. ACREEDOR ¿Qué satirilla? ¿Qué es un desvergonzado? GRACIOSO Si calla usted, yo le daré un traslado. ACREEDOR Es un embusterón de más de marca. GRACIOSO ¿Usted no ha sabido lo de Dinamarca? ACREEDOR ¿Qué Dinamarca? ¡Pícaro, embustero! y pues cobrar no puedo mi dinero, a palos cobraré, tarde o temprano. (Pégale). GRACIOSO ¿Así se trata a un grande cortesano? ACREEDOR Tome, digo. (Pégale). GRACIOSO ¿Conmigo atrevimientos? ¡Que soy sujeto de acompañamientos! ACREEDOR Pues mire lo que digo en esta calle: hasta la coma tengo de sacalle. (Vase). DON BLAS ¿Sabéis lo que imagino, hombre ignorante? Que es él, quien os ha puesto como un guante. ¡Buen negocio tenéis, por vida mía! GRACIOSO ¿Habéis visto, qué acabada está la cortesanía? DON BLAS Si viene el acreedor, agasajallo, con talle alguna nueva y enviallo. GRACIOSO ¡Pero este es un borracho mentecato!
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(Salen tres Tahures). TAHUR 1.º ¡No he de dar un ochavo de barato! TAHUR 2.° Yo le di a usted la silla. TAHUR 3.° Yo he contado. TAHUR 2.° Un barato me debe usted atrasado. TAHUR 3.º Aquella mano, yo tuve el sombrero. TAHUR l.º No he de dar a mi padre ni un dinero. GRACIOSO (Este ha ganado, y para despicarme, a ninguno ha de dar, y a mí ha de darme). Hidalgos, apartad ¿ Esto se hace? Esto es ahogar a un pobre caballero, que ha perdido estos días su dinero, y tiene sus alhajas empeñadas y gana cuatro blancas desdichadas. ¡Cosa terrible es, Dios me es testigo! No dé usted a nadie, y véngase conmigo, venga, que le está bien el no dejarme. TAHUR 1.º ¿Y quién le mete a usted en gobernarme? GRACIOSO Yo, que me duelo aquí de verlo ahogado. TAHUR 1.º Pues sólo porque usted me ha aconsejado que no dé nada a nadie, a cuantos haya tengo que dar barato. GRACIOSO Aqueso vaya, que a su sangre de usted es muy debido. TAHUR 1.º Sino es a él, porque es entremetido. (Pégale). Tome usted, tome usted, vayan tomando, y tome usted que ahí se está callando. (Dales barato). DON BLAS Dios me guarde a usted. TAHUR 1.º Bueno ha quedado. TAHUR 2.° El embustero. TAHUR 3.° El muy desvergonzado. TAHUR 1.º El bufón mequetrefe. TAHUR 2.° El buscavida. TAHUR 1.º Vaya, que aquesa flor ya está entendida. (Vanse todos, dando con las capas al gracioso). GRACIOSO Con muy mal pie he salido aqueste día. DON BLAS ¿Habéis visto, qué acabada está la cortesanía? GRACIOSO Este es un picarón, y un grosero. Pero aquí viene un príncipe extranjero, y ha de entrarme en su coche, mientras pasa, y he de volver aquesta noche a casa, con mil curiosidades muy distintas; con guantes, abanicos, medias, cintas, ámbares, estufillas, y dineros, que debo mucho yo a los extranjeros. DON BLAS ¿Todo eso traeréis aquesta noche? GRACIOSO Y mucho más que aquesto. (Sale un Italiano, y un Criado delante). |
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CRIADO Llega el coche. lTALIANO Llegui el coche de prisa, e vamos lueco en cas de la mochache del zarambeco. Vamos allá volandi, qui por verla bailar estó rabiandi. ¡Válgate el diabli, digui, la taimada, qui hace así, no sé comi, qui me agrada! Vamis. GRACIOSO Beso los pies de vusiría, ya que en la Corte está, por dicha mía. Mas ¿qué le ha parecido? ¿No es gustosa? Mas todo con Italia es poca cosa. Pero en el coche iré, si no embarazo. ITALIANO ¿Qui cosa aquesta desti poltronazo? CRIADO Es hombre noticioso, e informado, es mordaz, es picante y es versado. ITALIANO ¿E qui me importa el mordaz ni el embeleco, si no sabe bailar lo zarambeco? GRACIOSO En el coche entraré, por más abono. ITALIANO ¡Váyase noramala el farfantono! i Con parolis aquí tenerme quiere! Vamis a ver bailar desta maniere: zarambequi lindi, zarambequi lindi. GRACIOSO Suplico a vusiría ... ITALIANO No hay supliqui dadle un cargui de palos si repliqui. Zarambequi lindi, lindi zarambequi. (Vanse, y el Italiano bailando el zarambeque). GRACIOSO Yo pienso que esto va en vos, que por verme acompañado, no me entró el príncipe a mí en su coche. DON BLAS Esto está claro; y por mí os dijo también farfantón y poltronazo. GRACIOSO Ahora al último remedio apelo, aquí como a pasto en esta casa. Mas no quisiera que embarazado se hallara el dueño con vos; que por mí, alzará las manos a Dios, de verme en su casa. DON BLAS Veamos si lo embarazo, y yo me iré. GRACIOSO Aquí veréis las honras y el agasajo que me hace este caballero. No hay hombre a quien deba tanto, veislo aquí. |
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(Sale un Huésped). HUÉSPED Poned la mesa, que hoy tenemos convidados, y esté todo prevenido. GRACIOSO Poner la mesa ha mandado al instante que me vio. HUÉSPED Aquí está mi cotidiano. ¡No ha de comer, vive Dios, aunque yo me esté diez años sin comer y sin beber! GRACIOSO No tenéis que apresuraros en mandar poner la mesa, que yo por parlar un rato vengo, más que por comer. HUÉSPED No sois vos por quien lo mando, que antes vos me embarazáis. GRACIOSO (El veros aquí ha extrañado, como es la primera vez). HUÉSPED Es el caso, que yo aguardo unas damas, que en mi casa hoy han de hacer un ensayo de unos bailes, y les tengo prevenido hoy un bocado, y si os ven se extrañarán. GRACIOSO ¡De que eso digáis me espanto! ¿Pues hay mujer en la Corte, de grande o de bajo estado, que pueda de mí extrañarse? Yo sé que se huelgan harto de verme. HUÉSPED Mucho lo dudo. GRACIOSO Pues no tenéis que dudarlo. (Idos, idos; cosa rara, (a don Blas) donde quiera dais enfado). HUÉSPED ¡Ah, señoras, salgan presto, porque vamos ensayando! (Salen las mujeres todas). MUJERES.- Ya estamos todas aquí, para que se haga el ensayo. GRACIOSO Pues bailen muy norabuena, que de albricias que han llegado, les perdono la merienda, que quiero andar cortesano. MANUELA ¿De quedar tan burlado nunca se afrenta? GRACIOSO No, que guardo las burlas para las veras. MANUELA ¿Para qué gasta tanto la cortesía? GRACIOSO Para conservar con ella cena y comida. PULSA AQUÍ PARA LEER OBRAS SATÍRICO-BURLESCAS |
Esa mustia beldad, que enamorado tuvo al abril su verde lozanía, fragante joya, que al romper del día sacó al primavera en el tocado; substituta del sol, astro esmaltado, que igualmente alumbraba e influía, y en su verde apacible tiranía, por reina se hizo coronar del prado; a mano descortés, segur villana. Rinde cuanto esplendor y pompa adquiere, pagando como culpa el nacer rosa. ¡Oh! no se fíe la belleza humana: que es breve flor, que cuando nace muere, mucho más que por frágil, por hermosa.
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LO QUE HA DE HACER EL QUE HA POCO ES GRANDÍSIMO CABALLERO Hacer con un rocín mucho ruido, tenerle a tiernas ferias vinculado, jurársela a diez damas en el prado, y no ser de ninguna conocido. Alabar un calor que aun no ha venido, decir mi mercader, y mi Letrado, mandadle muchas cosas a un criado, y las que importan menos al oído.
Buscar quien sobre joyas de dinero,
venir de oír a una mujer que canta, y haber estado siempre en cierta parte. Es lo que debe hacer el Caballero; y sobre todo la Semana Santa, sin que le llamen, siga su estandarte.
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A UNA MUJER QUE FUE MUY CELEBRADA Y MUY HERMOSA Y SE VIO DESPRECIADA POR SER VIEJA Flora es aquella, cuya edad luciente alma fue del Abril, copia del cielo, cuyo dorado, cuyo hermoso pelo equivocó las luces del Oriente. Fueros impuso a amor, que blandamente, introdujo en el pecho más de hielo,
y libre casi del común recelo,
creyó que su beldad no era accidente. Ya de todos se mira despreciada, siendo horror, siendo enfado a los sentidos a quien avisa, en vez de hacer engaño. Ni aun por su edad de nadie es venerada, con que nos muestra, que años divertidos
en la cuenta del tiempo no son años.
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