Jorge Eduardo Eielson

índice

Oda al invierno

Perdido a tus pies

Ceremonia solitaria bajo la luz de la luna

Ceremonia solitaria en compañía de mí mismo

Ceremonia solitaria en compañía de tu cuerpo

Cuerpo melancólico

Oda al invierno

El invierno es todo frutas y linternas
olvidadas y esqueletos santos de palomas
en el bosque. El invierno besa, enamorado,
los labios gloriosos de la vid con sus labios
de granizo, y se duerme sobre ella.
El invierno puede venir un día, blandamente,
por el valle y, cual un fósforo en la mano,
llevarse una vida a su ciudad como un ladrón.
El invierno enjoya al hombre tristemente,
el invierno lava tumbas
de monarcas
y mendigos, y corona el áureo y viejo otoño
con un rayo de ceniza en la cabeza. Respetad
al invierno, la antigüedad de sus plantas,
su cetro de rocío en la espesura; respetad
los rostros eternos de los árboles y el viento
en su dominio, cuando cesa todo en torno
y él se inclina, carcomido y sonoro, como un piano
en un estanque o como un muerto en una tumba.

(De Reinos)

PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS SOBRE LAS EDSTACIONES DEL AÑO

ir al índice

Perdido a tus pies

Maldita noche, el fuego de la luna,
el tiempo que se esconde entre las hojas,
los pájaros, el sol que sucede
a tu garganta oscura. ¿Es también
tu mano temblorosa la que cruza
sobre esta página estrellada?
¿Es tu cuerpo mortal en la floresta
el que reposa humeando, fatigado,
como un arma que dispara terciopelo?
Enamorado, inerte, como una pluma
pronta a caer en el vacío, escucho
los silenciosos pasos de la luna
entre el boscaje, lejanas y altas
velocidades, ruidos que adivino,
diamantes en marcha y lineales
vientos en perpetua rotación.

(De Doble diamante)

ir al índice

Ceremonia solitaria bajo la luz de la luna

La masturbación es un caballo blanco
Galopando entre el jardín
Y el baño de mi casa
La masturbación se aprende
Mirando y mirando la luna
Abriendo y cerrando puertas
Sin darse cuenta que la entrada y la salida
Nunca han existido
Jugando con la desesperación
Y el terciopelo negro
Mordiendo y arañando el firmamento
Levantando torres de palabras
O dirigiendo el pequeño pene oscuro
Posiblemente hacia el alba
O hacia una esfera de mármol tibio y mojado
O en el peor de los casos
Hacia una hoja de papel como ésta
Pero escribiendo tan sólo la palabra
Luna
En una esquina
Pero sobre todo
Haciendo espuma de la noche a la mañana
Incluidos sábado y domingo.

ir al índice

Ceremonia solitaria en compañía de mí mismo

Si entre esferas me acuesto
Si entre esferas me despierto
Es porque tu sexo
Es porque mi sexo
Se parece tanto al mío
Se parece tanto al tuyo
Que no conozco nada
Que no conozco nada
Más oscuro ni más tibio
Más oscuro ni más tibio
Más redondo ni más puro
Más redondo ni más puro
Un obelisco de dulzura
Un abismo de ternura
Un animal escamoso en la mañana
Otro suavísimo en la noche
Un corazón en cambio
Un corazón
Significa sólo fuego
Significa sólo fuego
Una pared de ceniza
Entre tu cuerpo y el mío
Un fragmento de mejilla
La redondez de tu ombligo
Una calavera que me espera
Una calavera que te espera
Y yo que te pienso diverso
Yo que te pienso diverso
Cada día me parezco más a ti
Cada día me parezco más a ti
Que no te pareces a mí.

 

ir al índice

Ceremonia solitaria en compañía de tu cuerpo

Penetro tu cuerpo tu cuerpo
De carne penetro me hundo
Entre tu lengua y tu mirada pura
Primero con mis ojos
Con mi corazón con mis labios
Luego con mi soledad
Con mis huesos con mi glande
Entro y salgo de tu cuerpo
Como si fuera un espejo
Atravieso pelos y quejidos
No sé cuál es tu piel y cuál la mía
Cuál mi esqueleto y cuál el tuyo
Tu sangre brilla en mis arterias
Semejante a un lucero
Mis brazos y tus brazos son los brazos
De una estrella que se multiplica
Y que nos llena de ternura
Somos un animal que se enamora
Mitad ceniza mitad latido
Un puñado de tierra que respira
De incandescentes materias
Que jadean y que gozan
Y que jamás reposan

(De Ceremonia solitaria)

PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DE TEMA ERÓTICO

ir al índice

Cuerpo melancólico

Si el corazón se nubla el corazón
La amapola de carne que adormece
Nuestra vida el brillo del dolor arroja
El cerebro en la sombra y riñones
Hígado y hasta los mismos labios
La nariz y las orejas se oscurecen
Los pies se vuelven esclavos
De las manos y los ojos se humedecen
El
cuerpo entero padece
De una antigua enfermedad violeta
Cuyo nombre es melancolía y cuyo emblema
Es una silla vacía.

ir al índice

 

IR AL ÍNDICE GENERAL