Recuerdos
What
fairies haunt this ground!
Shakespeare.
Cerca
de los repechos,
a cuya sombra Bornos
alza sus pardos techos,
ensancha sus contornos
el claro Guadalete,
cuya margen sombría,
fue de la infancia mía
sosegado retrete.
La
adelfa y el suspiro,
y el mirto y el taraje,
cubren su ameno giro,
como nupcial ropaje:
mientras la vid enreda
sus colgantes vistosos,
en los ramos pomposos
de la inculta alameda.
Más
lejos, altos riscos
se elevan como muros,
que adornan los lentiscos
con sus ramos oscuros.
De entonces escasean
los risueños adornos
que del modesto Bornos
la mansión hermosean.
Barreras
eminentes,
con aspecto sombrío,
sujetan las corrientes
del celebrado río:
no ya verde follaje
cubre el árido giro;
ni adelfa ni suspiro,
ni mirto ni taraje.
Sino
la aguda laja,
y la guija escabrosa,
por do rugiendo baja
la lluvia tormentosa,
y el desgajado risco
de la nativa piedra,
que cubre escasa yedra,
cual añoso obelisco.
Domina
estas regiones
Arcos de la Frontera,
con altos torreones
do tremoló guerrera
la osada media-luna,
cuando al brío esforzado
del árabe tostado
sonrió la fortuna.
Allí
pasó mi infancia,
ceñida de altos dones,
en feliz ignorancia
de sangrientas pasiones.
La maternal terneza
abrió allí a mis miradas
las páginas sagradas
de la naturaleza.
Y
este tierno recuerdo
postra al alma afligida,
ora que inútil pierdo
el raudal de la vida
lejos del Guadalete,
cuya margen sombría
fue de la infancia mía
sosegado retrete.
|