Al mar de mi Patria PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS DEDICADOS AL MAR |
A mi madre Entre los dones inefables, santos, que aureola son a vuestra casta frente, sólo puedo ofreceros reverente la humilde flor de mis sencillos cantos.
Flor que regara la virtud con llantos junto al cristal de la dormida fuente; emblema de un amor puro y ardiente, símbolo de deberes sacrosantos.
Vos, desde el cielo, a mi cruel fortuna luz de esperanza que en Oriente asoma, la flor del Teide acogeréis, ¡oh madre!
Tintas prestole la modesta luna; perlas el alba, el sentimiento aroma; jugo mi tierno corazón de padre.
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Tras navegación penosa por una mar alterada te presentaste a mis ojos, lucero de las Españas. Y a la claridad dudosa que vierte en pos la alborada me pareciste salida improviso de las aguas. ¡Salud, plantel de recuerdos, antemural de la patria, salud, oh Cádiz famosa por tu brío y por tus damas! De Santa Cruz de Tinerfe al alejarme, vagaban por mi ardiente fantasía tus sombras tornasoladas; esa rica vestidura con que te ciñó la fama, y que tiendes en las olas, cual si fueras su sultana. Al verte sentí el influjo que ejerces sobre las almas, y absorto quedé mirando mi ilusión ya realizada...
¡Oh, qué bella al navegante te muestras, Cádiz la clara, en el perfil del Océano adormida, recostada! Quién te cree una Nereida; quién se figura una maga; quién la diosa del combate ve en ti, Cádiz la bizarra; quién a Venus en la mente con su séquito de gracias se forja, cual tú nacida de las espumas rizadas... Pero yo que allá dejé de Santa Cruz en las playas hijos y esposa... pedazos del corazón... ¡Oh gitana! Yo te contemplé a la lumbre de la aurora nacarada, no cual la diosa de amores, no cual deidad de las armas, mas sí como tierna amiga que los brazos me alargaba, para reponer mis fuerzas por el viaje quebrantadas. ¡Bendita seas!... En breve de peregrino la marcha volveré a emprender, dejando, como dejé las Canarias, tus paseos concurridos, tus hermosuras galanas, tus flores, tu argentería, tus balcones, tus murallas... Pero en Sevilla... la perla de Andalucía nombrada, en Madrid... donde la corte esparce todas sus galas, do quier que el paso dirija, do quier fije mis miradas, recordaré tus hechizos, ciudad, hija de las aguas, y bendeciré de nuevo tus brisas hospitalarias! ( Cádiz, Junio de 1851.)
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