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Enjiemplo
del búho i con la liebre Enjiemplo de la bestia altilobi Enjiemplo del lobo con los monjes Enjiemplo de las ovejas con el lobo |
Enjiemplo del búho i con la liebre Acaesció una vegada que todas las animalias fecieron cabildo entre sí, que enviasen una animaba de cada casa. El búho envió a su fijo allá, e su fijo cuando se iba olvidó los zapatos nuevos que tenía. El búho pensó en su corazón que cuál animaba podríaser más ligera que gelos podiese llevar para aquel día del cabildo, porque su fijo pudiese andar apostado, e paresciole que la liebre corría más que las otras animalias, e llamóla e puso con ella que llevase los zapatos a su fijo, e él que gelo pagaría bien. E dijo ella: _Yo facerlo he de muy buena mente; amuéstrame cómo lo pueda conoscer entre tantas animalias como allí se ayuntarán. El bufo respondió: _Aquél que tú vieres más fermoso entre todos los otros, aquél es el mi fijo. Entonces le dijo la liebre: _Pues ¿ es la paloma o el pavón ? Respondió entonces el búho e dijo: _¡ Ay! que nin es el uno nin el otro; ca la paloma ha las carnes blandas, e el pavón los pies feos. Entonce dijo la liebre: _Pues muéstrame en qué manera conosceré al tu fijo. _Aquél que ha tal cabeza como yo, e tal vientre, e tales piernas e tales pies, aquél es mi fijo fermoso, e a aquél da tú los zapatos nuevos. La liebre fuese luego para el cabildo con los zapatos, e dijo al león e a las otras animabas de cómo el bufo mandara saludar aquél entre todas las otras animabas. E dijo entonce el león: _Qui sapo ama, luna le paresce, et si alguno ama la rana, aquélla le paresce reina. Ansí acaesce a muchos hombres et de buenas personas, e non se quieren allegar sinon a los beodos, e a los tahúres e a los ladrones, e aquellos paresce a ellos que son buenos e los mejores, porque han tales condiciones como ellos, e paresce a ellos que son aquéllos los mejores, ansi como paresció al búho que su fijo era el más fermoso de todas las animabas. Ca dice Sant Augustín: "Non quieras ser loado de los malos, sinon de los buenos; ca si aquéllos te loaren, non puede ser que algunas de aquellas condiciones non haya en ti." |
Enjiemplo de la bestia altilobi. Es una bestia llamada altilobi, e es de tal natura que siempre va trebejar al logar que más espesos vee los árboles e más bajos; e tanto anda a una parte e a otra, fasta que se le revuelven todos los cuernos en las ramas. Estonces da muy grandes voces, e cuando oyen las voces los cazadores, van a ella e mátanla. Ansí es de muchos hombres en este mundo que se ponen a forzar, e a robar los caminos, o matar hombres, o facer otros males muchos, e tanto usan en ello que después non se pueden dello partir. Estos parescen a las bestias que non pueden sacar los cuernos de las ramas. Otrosí, hay otros hombres que son semejantes a esta bestia, que son tahúres e beodos e garganteros, que están envueltos en otros pecados, e non se pueden partir dellos. Estonce vienen los diablos que son cazadores de las ánimas de los malos, e liévanlas al infierno. |
Enjiemplo del lobo con los monjes. El lobo una vegada quiso ser monje e rogó a un convento de monjes que lo quisiesen y rescebir; e los monjes ficiéronlo ansí, e ficieron al lobo la corona e diéronle cugula e todas las otras cosas que pertenescen al monje, e pusiéronle a leer Pater noster. Él en lugar de decir Pater noster, siempre decía "Cordero o carnero". E decíanle que parase mientes al Crucifijo e al cuerpo de Dios; él siempre cataba al cordero o al carnero. Bien ansí acaesce a muchos monjes, que en lugar de aprender la regla de la Orden, de las cosas que pertenescen a Dios, siempre responden e llaman: "carnero", que se entiende por las buenas viandas, e por el vino, e por otros vicios deste mundo. Esto mismo se entiende en este enjiemplo por algunos viejos que son envejecidos en mal e en locura, e en malas costumbres; onde por mucho que otro los castigue, nunca quieren dejar sus viejas costumbres. Onde el hombre viejo antes lo podrás quebrantar que non doblar. Faz al asno buena silla e buen freno cuanto bien podieres, e nunca podrás de él facer buen caballo en cuanto vivas |
Enjiemplo de las ovejas con el lobo. Las ovejas querelláronse una vez del lobo al león, e decían en plaza públicamente que él había furtado muchas de sus compañeras e que las había comidas. El león desque vio esta querella ayuntó su corte, e demandó consejo a las más cuerdas animalias que eran. E dijeron los puercos jabalines: _Señor, el lobo es muy mesurado, e de gran alfanía e muy franco. Esto decían ellos por cuanto el lobo les había convidados muchas veces a comer de las ovejas que furtara. Entonces dijo el león : _Non dicen eso las ovejas. Respondió una oveja e dijo: _Señor león, el lobo comió a mi padre e a mi madre, e comió a mi fijo, e yo mal abes soy escapada de sus manos. Esto mismo dijeron todas las otras. E dijo el león: _Yo do por mi juicio que enforquen al lobo e a los puercos que lo encubrieron e comieron del furto. Ansí que luego fué complida la justicia que mandó facer el león. Et los lobos se entienden por los ricos deste mundo que roban lo ajeno e destruyen las ovejas de Jesucristo, que se entienden por los pobres; e dan dellas a los puercos, que se entienden por los ricos, por vanagloria deste mundo, porque cuidan que les ayudarán contra los señores e contra los merinos por cuidar por ello vevir más honrados en este mundo. Et verná el nuestro Señor el día del juicio, e querellarse han las ovejas del lobo, et por ventura los puercos, porque hobieron parte del furto e comieron dello, et querían tener bando de los lobos, cuidando que están ellos salvos porque non fueron ellos en facer el furto; mas todo esto non les valdrá nada, ca nuestro Señor fará enforcar los lobos e los puercos en el infierno. Et dice un doctor que ansí dirá nuestro Señor el día del juicio: "Vísteme desnudo e non me vestiste nin me acorriste . Id, malditos, al infierno para siempre jamás." Pues nuestro Señor dijo esto a los hombres porque non facían bien de lo suyo, ¡cuánto más dirá a aquellos que tomaron de lo ajeno en testimonio! PULSA AQUÍ PARA LEER FÁBULAS DE OTROS AUTORES |