y un propósito. Digo que hay una intención nueva en cada verso mío. Hierro, Leopoldo, Otero, Celaya, Crémer, hinco mi lanza en vuestra sombra, bebo coraje y tiro por la calle de en medio dando vivas y brincos. Os sonríe la patria, eterna, y yo os sonrío por valientes, por libres y por hijos legítimos. Con vuestras marchas fúnebres preparasteis los himnos. Ya los muertos, sembrados a la fuerza, han salido de la tierra, en trigales y flores convertidos. Con vosotros estamos en deuda. Pero digo que mi generación tiene un signo distinto |
El poema mataba a la poesía con su opresión, Su límite, Su forja. Dentro del verso el aire se volvió irrespirable como un cuervo muerto PULSA AQUÍ PARA LEER LA TEORÍA POÉTICA DE OTROS AUTORES |
En el jarrón de porcelana, lloran su prematura senectud las rosas. El papel, blanco está. Todo es ausencia, Impotencia del ser. Mira el poeta por la ventana. Nada le concierne, Ni luz de sol ni lejanía verde. ¡Oh anulado, extinguido! Nada. Lloran su mutilada juventud las rosas. |
Aquella tarde supo la fatal noticia.
Oye latir la sangre general de la calle, PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS SOBRE LA MUERTE |
La
ninfa ha despertado.
Digo en voz baja mi deseo
Vuelve
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