EL SUR
Sin que los viejos tópicos
derramen
su obviedad por las líneas de mi verso,
quiero escribir de ti, tierra de luces;
gentes que el Norte convierte en paradoja.
Sin repetir palabras, decir que la ceniza
de tu piel repta por una tierra estéril
dispuesta a sepultar semillas.
Germinarás un labrantío de sangre,
y parirás un hombre, que no verá más día
que el que apunta la aritmética parda de la resta:
Los animales mueren,
la tierra resquebraja su epidermis,
las mujeres se secan, y los hombres
lloran mientras despojan el nutriente
de tus pechos al hijo que murió :
Un alimento agrio,
pegajosos calostros de sangre envenenada.
Sin que los viejos tópicos derramen
lágrimas en mis versos, decir que sólo tengo
un aforismo, una palabra: ¡HAMBRUNA!.
Pero el Sur no se muere, sólo mueren los hombres
tumbados al desierto.
Los oasis
siguen dando
fusiles
para matar
las
moscas
en tu rostro.
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