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Teresica, hermana...

El fuego

La guerra

Qué será del pobre juan

Bella, de vos estoy enamorado

Teresica hermana,

de la fararirirá!

hermana Teresa.

 

Teresica hermana,

si a ti pluguiesse,

una noche sola

contigo durmiesse.

de la faririrá

hermana Teresa

 

Una noche sola

yo bien dormiría

mas tengo gran miedo

que m'empreñaría,

de la faririrá

hermana Teresa

 

Llaman a Teresica y no viene

tan mala noche tiene.

Llámala su madre y ella calla,

juramento tiene hecho de matarla.

¡Que mala noche tiene!

 

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EL FUEGO

Corred, corred, pecadores! No os tardéis en traer luego

agua al fuego, agua al fuego!

¡Fuego, fuego, fuego… !

 

Este fuego que se enciende es el maldito pecado,

que al que no halla ocupado siempre para sí lo prende.

Qualquier que de Dios pretende salvación procure luego

agua al fuego, agua al fuego.

¡Fuego, fuego, fuego… !

 

Venid presto, pecadores, a matar aqueste fuego;

haced penitencia luego de todos vuestros errores.

 

Reclamen esas campanas dentro en vuestros corazones.

Dandán, dandán, dandán,…

Poné en Dios las aficiones, Todas las gentes humanas.

Dandán, dandán, dandán,…

¡Llamad essos aguadores, Luego, luego, sin tardar!

 

Y ayúdennos a matar este fuego.

No os tardéis en traer luego dentro de vuestra conciencia

mil cargos de penitencia de buen'agua,

y ansí mataréis la fragua de vuestros malos deseos,

y los enemigos feos huirán.

y los enemigos feos huirán.

 

¡Oh cómo el mundo se abrasa

no teniendo a Dios temor,

teniendo siempre su amor

con lo que el demonio amasa!

 

Por cualquiera que traspasa los mandamientos de Dios,

cantaremos entre nosotros,

dándole siempre baldones:

“Cadent super esos carbones,

in ignem dejicies eos:

in miseriis non subsistent”,

 

Este mundo donde andamos es una herviente fragua,

donde no á lugar el agua, si por ventura tardamos.

 

¡Oh cómo nos abrasamos  en el mundo y su hervor!

Por qualquiera pecador que lo que da Dios no toma,

se dirá lo que de Roma cuando ardía sin favor:

 

“Mira Nero, de Tarpeya, a Roma cómo se ardía;

gritos dan niños y viejos y él de nada se dolía”.

 

¡No os tardéis! ¡Traed, traed agua ya!

¡Y vosotros atajad! ¡Corred! ¡Presto socorred!

¡Sed prestos y muy ligeros

en dar golpes a los pechos!

¡Atajad aquesos techos!

Dandán, dandán, dandán,…

¡Corred, corred! ¡Cortad presto esos maderos!

Tras, tras, tras, tras, tras,…

Dandán, dandán, dandán,…

¡Tañed, tañed, más apriesa,

que vamos sin redención!

¡Tañed presto, que ya cesa

con agua nuestra pasión.

 

Y así, con justa razón dirán la gentes humanas:

“¿Dónde las hay, dónde las hay las tales aguas soberanas?”

 

Toca, Joan, con tu gaitilla, Pues ha cesado el pesar.

Yo te diré un cantar muy polido a maravilla.

Veslo aquí, ea pues, todos decir:

Zon, zon, zon, zon, zon,…

Dindirindín, dindin.

“De la Virgen sin mancilla

ha manado el agua pura”.

Y es que ha hecho crïatura

al Hijo de Dios eterno,

para que diese gobierno

al mundo que se perdió;

y una Virgen lo parió,

según hemos sabido,

por reparar lo perdido

de nuestros padres primeros:

 

¡Alegría, caballeros!

que nos vino en este día

que parió santa María

al pastor de los corderos.

Zon, zon, zon, zon, zon,…

Dindiridín, dindiridin…

Y con este nacimiento,

que es de agua dulce y buena,

se repara nuestra pena

para darnos a entender

que tenemos de beber

desta agua los sedientos,

guardando los mandamientos

a que nos obliga Dios,

 

porque se diga por nos:

“Qui biberit ex hac aqua, non sitiet in aeternum”.

 

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LA GUERRA

Pues la guerra está en las manos

y para guerra nacemos

bien será nos ensayemos

para vençer los tiranos.

 

El capitán desta lid

de nuestra parte, sabed

que es el Hijo de David

y de la otra es Luzbel,

y podráse dezir d'él

sin que nadie lo reproche:

"Quien bien tiene y mal escoge,

por mal que le venga no s'enoje".

 

Esta es guerra de primor

do se requiere destreza.

Pregónese con presteza

con pífano y atambor:

 

Farirá, tope tope, top...

 

"Todos los buenos soldados

que asentaren a esta guerra

no quieran nada en la tierra

si quieren ir descansados.

Si salieren con victoria

la paga que les darán

será que siempre ternán

en el cielo eterna gloria".

 

El contrario es fanfarrón

y el flaco contra lo fuerte

ordénese el esquadrón

que no s'escape de muerte.

La vanguardia llevarán

los del Viejo Testamento,

la batalla el capitán

con los más fuertes que están

con él, en su alojamiento.

La Yglesia a la retaguardia,

¡Sus! Todos a l'esquadrón

mientras digo una canción:

 

"Pues nacistes, Rey del cielo,

acá en la tierra,

¿queréis sentar en la guerra?

A sólo esso he venido des d'el cielo

por la guerra que he sabido

acá en el suelo.

Yo seré vuestro consuelo

acá en la tierra,

que asentar vengo a la guerra".

 

¡Viva!, ¡viva nuestro Capitán!

Fa la la la...

 

¡Sus! poned l'artillería

de devotos pensamientos

con guarda de mandamientos

démosle la batería.

Las trincheras bien están,

hazia acá esse tiro gruesso!

Oh que tiene tan gran peso

que no le derribarán!

 

Bien está, ponedle fuego,

y luego, luego... Bom, bom

Peti, pató, bom bom...

Suelte la arcabuzería,

Tif tof, tif tof...

La muralla se derriba      

por arriba

¡Sus! a entrar, 

que no es tiempo de tardar,

qu'el capitán va delante

con su ropa roçegante,

ensangrentada,        

nadie no vuelva la cara

¡Sus! ¡arriba! ¡Viva, viva!

Los enemigos ya huyen,

¡a ellos, que van corridos y vencidos!

¡Santiago! ¡Victoria, victoria!

"Haes est victoria quae vincit

mundum fides nostra"

 

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¡QUÉ SERÁ DEL POBRE JUAN!

Su esposa se ha marchado

¡Bendito sea Dios!

¿Dónde la buscaremos?

 

En la casa de su vecina

¡Bendito sea Dios!

Y decidle a mi vecino,

 

¿ha visto a mi mujer?

¡Bendito sea Dios!

Por mi fe, vecino mío,

 

tres días ha que no la he visto

¡Bendito sea Dios!

Esta noche cenó conmigo

 

y en tanto se transfiguró

¡Bendito sea Dios!

Él volvió a su casa

 

encontró a sus hijos que lloran.

¡Bendito sea Dios!

No lloreis, hijos míos

 

oh, mala mujer reprobada

¡Bendito sea Dios!

 

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Bella, de vos estoy enamorado.

¡Ójala fueses mía!

Siempre suspiro cuando pienso en vos,

de noche y de día.

 

Ya nunca estoy ni momento

sin contemplaros.

Fuera de todo mi sentimiento,

hago por amaros.

 

Dadme valor, pués podéis,

Señora mía,

porque en vos está todo mi bien

de noche y de día.

 

Vos heredáis todo mi bien,

todo lo que me dura,

si no me quereis presto, me mandaréis

a la sepultura.

 

¿De mi mal, qué bien sacaréis,

ánima mia?

Para huir del dolor que me hacéis

sea vos guía.

 

Me veo de vos nada pero ligado,

lejos de esperanza,

hacedme, pues, vos piedad,

sin más tardanza.

 

Porque vuestro soy, ruego a Dios

vos fuese mía;

porque el mal que sentirme hacéis,

no lo sentiría.

 

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