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Mónica Caldeiro

Una decisión

La eterna mudanza

Memorias recientes del halcón peregrino...

Desde los jardines de nuestras madres

Una decisión

 

La ira es un bosque que anhela su propia tala
y sin embargo endeble e innecesario
su poder podría ser preciosamente abrumador
pero algo debilita esas gemas,
algo reblandece las joyas turquesinas y vibrantes
cuando se acercan peligrosamente
a la hoguera y la llama

si mi capacidad fuera ilimitada
podría rescatarlas, esas piedras preciosas
que reflejan un sol que por ajeno
infiere obscenidades
y hace falta talento, hace falta escritura
para sobrevivir
hace falta entereza, otros recorridos, otras maneras
para encontrar un aliento
aún no contaminado

podría fácilmente retomar la lucha

ponerme por bandera esta guerrera que he sido
hacer retumbar las lociones para pelo de muerto
con grasa de cocina
manifestar que descalza me entiendo mejor
y así dialogo con el mundo

no me permito de mi propia boca pronunciarme
con esas palabras que mueven montañas
-elijo con mi fuerza moverme a mí misma

no me permito dejarme caer por cascadas de piedras
rozar sus esquinas/ cubrirme
de magulladuras
golpearme y dislocarme los miembros
una vez más/ noche tras noche
hacer de mi vivencia algo no auténtico
sino dependiente de otros que generan
esa máquina desengrasada con los frenos sin pulsar
desinhibida máquina de matar
de matarme a mí misma

yo crecí para otros asuntos
estiré mis ramas para atrapar redondeces
observar la manifestación caleidoscópica del sufrimiento
humano o del mío propio
crecí para reblandecer las joyas
que pudieran hacer de mis miembros extremidades pétreas
y qué otra manera sino de respirar
qué otra manera de buscar la superficie/ si no

sin la combustión suficiente
las heridas permanecen
mi decisión es
abrirlas para coserlas
coserlas con un dedal ardiendo
abrasado rojo y encendido
que nada llueva, que nada lo apague
que sortee todo barbecho
y que la ira fluya, fluya obstinada
con mi beso negro
en su dulce,
dulce y prestigioso/ ano
de fuego

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En eterna mudanza

Sepultada en cajas de cartón con cinta de embalar

toda mi biblioteca mis aproximadamente tres mil libros

los restos de una marihuana white widow los preservativos

XXL que se caducarán los montones de ropa de segunda mano

que mis amigas y familiares consumistas y adictas a las compras

me regalaron mi joyero y una bola de cristal un cuenco tibetano

los sacos de dormir los papeles del trabajo las cuentas bancarias sin cerrar

en ciudades a las que quizá no vuelva jamás los libros

prestados las libretas escritas hasta el final los diarios de viaje

los medicamentos homeopáticos un grabado de Miguel

las especias que me alegran las comidas los poemas los carteles

de recitales

todo lo acumulado en este último año

cuánto puede reunirse en un único año

 

Sepultados en caja de cartón con cinta de embalar

están mi alternancia de sueño y desvelo a ratos en la misma balanza

normalmente desequilibrados la creciente tristeza fruto de no-sé-qué

o de una serie de circunstancias externas que merman mi sonrisa

habitualmente amplia las piernas y el intestino pesados

la incertidumbre del lugar para habitar y escribir el rostro ojeroso

al que asoman las primeras arrugas la hija que se marcha

a tan corta edad los amantes que insisten y a cuyos hombros

esta tarde quisiera sólo llorar

la necesidad de un escritorio, una cama, una cocina unos libros y poco más

y decir de nuevo esta casa es mi casa y no tiene ratas

y vivo en algún lugar tranquilo cerca del mar cerca de una vía

en la que no desee aniquilarme ni borrar las diez horas diarias de trabajo

para ponerme ante un espejo

y no maldecir mi cuerpo en flor masacrado otro día más

por una modernidad de la que no me ocupo demasiado y para mí

no tiene nada de vuelta/ nada bueno/ de vuelta

 

Sepultado en cajas de cartón con cinta de embalar

está mi deseo

que a días es un callejón sin salida

que a ratos es una fulgurante línea de luz un túnel

que a cada hora insisto en esnifarme

para ser capaz de vivir otro mes más

soportando esta plena conciencia de la pequeñez

e inutilidad de mi tiempo empleado

en ganarme el pan

a diferencia de este oficio diario mal considerado

no remunerado

pero con esa inmensa capacidad que da

de regeneración

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memorias recientes del Halcón Peregrino que se sabe hembra, porque sólo así se sobrevive a las peores batallas

 

soy asidua al teatro y a la segunda mano

las noches que nadie me mira tras la cortina

me pongo los tacones las medias de rejilla

y, de esta guisa, salgo a la calle

con mis piernas fuertes, fuertes y veloces

como las de un antílope

 

Nadie, nadie en el cielo personal u objetual

puede alcanzar mi velocidad máxima. Y

en el punto de mayor aceleración

me pongo el disfraz

no me enfrento normalmente así

al aire pero/ es cierto

cuando no puedo respirar tras el maquillaje

tras la máscara

tras el biombo de telaraña

las niñas del barrio lloran por mí y para mí

celebran entierros y homenajes

a la mas rápida/ la más kamikaze

la menos sacrificada/ la más exiliada

de los dramas urbanos y rurales,

la que hacía el amor a hombres y mujeres en fila

tras el piano de cola

la que tenía por si acaso la sonrisa postiza

en el arcón (por lo que pudiera pasar),

la que buscaba el olor de los sexos

de los soldados que habían perdido la peor

batalla de sus vidas,

que era la más cotidiana.

 

Cuando voy en caída

mis antiguas maestras de escuela del arrabal

se tapan los ojos para no verme,

los hombres esperan con globos rojos para recoger

mis huesos en la plaza del mercado

(y de nuevo, hacerlos volar)

mis consanguíneos aguardan la hora de rebuscar

entre mis papeles los frutos de sus sospechas

cuando voy en caída

cuando voy en caída

cuando voy en caída

cuando voy en caída…

me estampo silenciosamente

sin el ruido de la locomotora

sin el shock del maquinista.

 

Es un aterrizaje imperfecto.

Aún no me he matado.

 

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Levantaré de mi jardín las cabezas de las muertas

para que sus ojos cóncavos vean

cómo se presupone que debemos ir escoltadas

que no debemos manejarnos solas por el mundo

hacer vida y amor libremente, decidir

para vivir sin miedo

Así digo lo que deseo

seguiré siendo una zorra

que arrastra su coño fértil

hacia los confines de la tierra,

una zorra lista y ágil

capaz de correr a tiempo

capaz de enfrentarme con mis dos pechos

por escudo contra el odio que trata

de delimitarme

soy la más zorra y con el megáfono a voces

me manifiesto por las calles

por los bosques que me vieron engancharme

a las ramas y a la vida

 

voy siempre totalmente desnuda

voy siempre alerta a desayunarme al chile

cualquier asalto

voy siempre en pértiga por la ciudad

engullendo el aire que sobrevuelo

 

soy tan zorra que sé cómo ubicarme

cuál es mi trabajo

y/ dalo por hecho

ahora

no tiene nada que ver

contigo

 

lo que me bulle dentro es la luna

lo que me bulle dentro es el amor

que siempre es gratuito

lo que me bulle dentro son las pestañas

que han visto tsunamis de lágrimas

lo que me bulle dentro es la violencia

que constantemente pesa

sobre nosotras

 

esto es una llamada

a la no-indiferencia

 

llámame indiferencia

y escupiré tiradas de versos

silénciame de esparadrapo y goma de mascar

y mi lengua penetrará el cinturón de castidad

comérciame las nalgas, el pecho,

el vientre orondo y fértil

y yo me daré a la comunidad

me hermanaré con todas las brujas

estableceré puentes y BESARÉ BESARÉ

BESARÉ BESARÉ BESARÉ mujeres

hasta saciarme de amor

mi mirada no lanzará flechas de juicio

mi mirada no las verá competidoras

mi mirada será nítida, transparente

pondrá sus ojos en corro

para esta lucha

 

para ellas

que tienen óleos en los pliegues de la piel

que abren su sexo como un manantial

que canalizan deidades, amaneceres de luna y estrellas

que son redondas/ que viven solas

que son madres/ que son matronas

que son nodrizas/ que nos ama(r)mantan

que nos abren el coño porque deberíamos

entrar en él/ deberíamos

entrar en él/ tú tienes que

entrar en él/ acepta la vuelta

tu regreso a ese paraíso del que tanto

has renegado

 

entremos en él

volvamos a la tierra al fuego interno

despreciad la violencia hacia vuestras hermanas

erradiquémosla de la vida

celebremos los jardines colgantes de las entrañas

post- parto


porque cada vez que des a luz un poema

un libro/ una canción/ un árbol

una arquitectura

tú hombre/ mírate

eres una madre también

entra en él/ de qué tienes miedo

entra en él/ denuncia el abuso

respeta a tus hermanas que te cuidan

respeta

y déjate recibir de vuelta

 

levantad el puño

levantadlo bien alto

que cruce las zarzas

que se abra en gruñido

 

mi rabia es mi lucha

y mi violencia es derrocar este orden

así/ así/ así/ así/ nos abracemos

 

respeta la vida

que la luna te guíe

que las lobas del lupanar

te amamanten

a ti, mujer/ a ti, hombre

a ti, humanidad

a ti/ a ti/ a ti/ a ti

que todavía reclamas y clamas

por tu infancia perdida

 

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