Pablo Bromo

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Esta noche intentaré ser breve...

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Esta noche intentaré ser breve
me resbalaré por el nudo de tu garganta
sin mayor presagio ni forehands intelectuales
te bajaré las bragas, el corazón, la mirada y la vergüenza
la noche entenderá que tú y yo
somos oscuridades dramas vicios teclados mudos
que se sueñan desde lo más caliente de este mundo
la noche entenderá
que necesito colmarme de tu piel anónima y joven
que necesitas olvidarte del imbécil de tu novio

 

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006
Algo muy parecido a la luz sale de nuestras bocas cuando hablamos. Una autopista amarilla, que es patria y sol embellecido, incendia nuestras pieles cada mañana. Su calor inminente nos arropa los dedos, que son meteoritos, que son misiles, que son pulsiones eléctricas. Desde el rincón de nuestra guarida , observamos como los pájaros celestiales del tiempo hacen sus nidos y migran hacia el futuro danzando en círculos. Colibríes electromagnéticos danzan al ritmo de cada orgasmo. Libélulas incandescentes mitigan el azar de un teorema cuántico hasta desvanecerlo. Luciérnagas textuales se hipnotizan unas a otras al ritmo de nuestro abrazo. Las miradas se encuentran en un microsegundo, microcosmos, micrófono abierto de saliva que explota en un caleidoscopio de risas y tactos. Mil hormigas ciegas se derriten sobre la desnudez de nuestros veranos. Arde el horizonte. Arde arde.
Te hundes espasmódica en mi pecho. Me hundo erosionado en tu colmena ácida de nubes vertiginosas. Hay una explosión de salivia y alquimia, una fricción de lunares se agitan tibiamente. Llega el frío. Llega una multitud de silencios. Llega la anhelada calma y nos hacemos uno hasta congelar en fotografías nuestros más rosados maremotos
.

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007
T
e veo
te respiro te desarmo.
Voy palpando la cordillera elemental de tus secretos tectónicos.
Vorazmente me inundas de lava, fuego, electricidad, tierra viva.
nuestras manos se encuentran y un temblor de labios invade la noche y el delirio.

Te sueño
te anhelo te pronuncio.
Aprieto tus sílabas redondas,
muerdo tus fonemas pliegues y sacudo todas tus polaridades de agua

que fluyen desde el centro mismo de tu cuerpo tibio, impávido y desnudo.

Voy a empacarte un océano y regalarte vaivenes nuevos.
Voy a reunir cada uno de tus poros y morder los enjambres rojos de tu melena triste.
Voy a amordazar la muerte y pedirte que me abraces con tus piernas hasta el fin del mundo.
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