ELLA Y YO De mi retiro en reposo augusto mantengo indemne la ilusión florida; machaco prosa por ganar la vida y esculpo versos para darme gusto. Lo mismo soy ante el destino adusto que en la fortuna que a gozar convida; desdeño igual la adulación mentida que la vileza del agravio injusto. Sé cuanto valgo y lo que soy. Altivo cincelo mi oro puro cuando escribo y arrojo de la escoria los pedazos a la murmuración. Serenamente cuando llega el dolor bajo la frente, cuando pasa el placer tiendo los brazos.
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En una noche para amar creada una mujer para el amor nacida me reveló el secreto de la vida en el rayo de luz de una mirada. Vivir es renunciar. No existe nada que merezca un esfuerzo. Apercibida como un áspid está siempre escondida tras el deseo la ilusión frustrada. Humo es la gloria y humo la grandeza. Humo la vanidad de la riqueza y la ciencia difusa de los sabios. Toda la excelsitud del universo no vale el ritmo musical de un verso y el perfume exquisito de unos labios
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De aquellos, de los suyos, ¡Oh bendita boca de mis amores fresca y sana que tenía el sabor de una manzana tierna, dulce, jugosa y exquisita! Única que aplacó la sed maldita de amor y de placer porque se afana esta insaciable condición humana cansada a veces, pero nunca ahíta. Boca de tan espléndida belleza, boca de tan sutil delicadeza, tan refinada en todos sus excesos que antes de profanar su piel de raso en un soneto me tallaba un vaso para beber el vino de tus besos.
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Negros los ojos, grandes, soñadores; la nariz una blanca mariposa posada en el capullo de una rosa _la rosa roja de tus labios_ . Flores; todo lo que es la flor, brillo, colores, néctar, olor, disuelto en la jugosa masa divina de su carne hermosa. Esta fue la mujer de mis amores. Y éste soy yo. Juguete de la suerte, mientras llega el descanso de la Muerte me he refugiado en mi retiro augusto y en él mantengo la ilusión florida: machaco prosa por ganar la vida y esculpo versos para darme gusto.
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