- I -
En
el nombre de Dios, que es uno, Trinidat,
Padre, Fijo, Espiritu Santo, en simple unidat,
eguales en la gloria, eternal majestat,
e los tres ayuntados en la divinidat.
El
Padre non es fecho, nin de otro engendrado,
nin por otra materia de ninguno criado;

engendrado d'El Fijo, su solo muy amado:
de los dos el Espíritu procede inflamado.
Es alta tología,
sciencia muy escura:
los señores maestros
de la Santa Escriptura
lo pueden declarar, ca lo tienen en cura;
yo podrié, como simple, errar por aventura.
D'esta Santa
Escriptura abastante creer,
en nuestra madre Eglesia firmemente tener,
quien bien así
obrare podrá seguro ser,
e quien mal lo fiziere habers'a de perder.
Aquesta Trinidat
llamo con grant amor,
que me quiera valer e ser merescedor
de ordenar mi fazienda en todo lo mejor
que a mi alma
compliere, que só muy pecador.
E el pecado de Adam,
nuestro padre primero,
nos trae obligado a pecar de ligero:
por ende yo, Señor, la tu merced espero,
que Tú eres Jüez justo e verdadero.
Pensando
yo en la vida d'este mundo mortal,
que es poca e peligrosa, llena de mucho mal,
faré yo confisión en la manera cual
mejor se me entendier, si Dios aquí me val.
Lo primero
encomiendo en este escripto yo
la mi alma a Dios,
que [...] e crió;
por su preciosa sangre después la redimió;
que perdonar la quiera, si en algo fallesció.
Fallesció, non es
dubda, contra su Criador,
que la crió muy limpia e sin ningunt vigor,
siguiendo
los deleites del cuerpo pecador,
que está muy manzellada delante el Salvador.
A Él pido merced,
que non quiera catar
las mis grandes maldades en que le fui errar,
que nunca yo podría sofrir nin soportar
las penas que
meresco, si s'han de egualar.
Del limo de la
tierra muy bajo só formado,
de materia muy vil: por eso inclinado
en pecar a menudo e ser así errado;
por ende yo debía ser ante perdonado.
Justicia
sería asaz, con piedat, Señor,
perdonar al errado que cae en error
por la flaca materia que l'faz merecedor,
si ha de sus pecados contrición e dolor.
Para esto la tu
gracia será muy menester,
ca sin ella el homne
non puede bien fazer:
otórgame, Señor, que yo la pueda haber,
e haya la mi alma por ende salva ser.
Cobdicia la mi alma
a Ti, Señor, servir
como a mi Criador a quien ella ha de ir;
el cuerpo sin
ventura luego me va fallir:
¿quién puede tal batalla soportar nin sofrir ?
A tu noble figura,
Señor, Tú me formaste
de espíritu de vida Tú me vivificaste,
por tu preciosa sangre caramente m' compraste,
del poder de enemigo
cruel Tú me libraste.
De todo contra Ti
fui yo desconoscido,
en te fazer enojo mucho apercebido;
el bien que me feziste te he mal gradecido:
por end', Señor, perdón con gemido te pido.
Conosco
yo, Señor, que nunca te serví
como leal cristiano: en todo fallescí
e todo el mi tiempo malo lo despendí:
por ende me confieso luego, Señor, a Ti.
Segunt dize un
sabio, conoscer el pecado
es señal de salud al
homne que es errado:
por ende de tu gracia estó yo esforzado,
que tal conoscimiento de Ti es otorgado.
E, Señor piadoso, Tú
quieras perdonar
los mis grandes pecados en que te fiz pesar,
e me otorga tiempo,
espacio e logar
que a Ti pueda servir e a Ti solo loar.
Los yerros que te
fiz, aqui, Señor, diré
algunos, ca he rescelo que muchos olvidaré,
e cómo tus mandamientos, cimientos de la feé,
por la mi muy grant
culpa todos los quebranté. |
Mandamiento tercero
En
el tercero mandaste las tus fiestas honrar,
dejarnos de obras vanas e a Ti, Señor, orar,
e en buenos pensamientos aquel día pasar,
limosnas a los pobres de nuestros bienes dar.
Guardelo yo, Señor,
muy poco tal mandado:
el día de la fiesta
nunca fue apartado
por mí del otro día que estaba otorgado
de fazer todas obras: por que yo só muy culpado.
El día del domingo
caminos comencé,
mis homnes e mis bestias muy mal los trabajé,
con aves e con canes
aquel día cacé,
de fazer obras santas poco me empaché.
De oir dezir las
oras non tomé devoción
a la tu casa santa, ni a la predicación;
en vanos pensamientos puse mi corazón,
mentir, escarnescer
era mi entinción. |
Mandamiento cuarto
Honrar
a nuestros padres en el cuarto contiene;
al que así lo faze tu gracia le mantiene,
las honras d'este mundo e todo bien le viene:
si ventura habemos, pasar non lo conviene.
Cierto,
Señor, pequé en él por mi ventura,
ca nunca los honré nin tomé dende cura
como servir debía, por la mi grant locura:
por que agora mi alma siente mucha tristura.
Mi padre e mi madre,
Señor, me engendraron,
a la luz d'este mundo
ellos me aportaron,
con muy grandes cuidados chiquillo me criaron;
después en los sus bienes ricament m' dotaron.
Siempre les fiz
enojos e les fui mal mandado,
pequeña reverencia les tove, ¡mal pecado !
Con lágrimas lo lloro,
ca só muy manzellado:
merced, Señor, demando séam' perdonado.
Señor, merced te
pido, que hayas piedat
de mi alma mesquina, e a la mi grant maldat
venza en tu Jüizio tu noble caridat,
ca mucho mal meresco e
mucha crueldat. |
Mandamiento quinto
Lo
quinto: defendiste a homne non matar,
ca quien así lo faze quiérese egualar

contigo, Señor grande, que lo fueste formar,
e a Ti solo pertenesce de tal caso usar.
Pecado
es muy grande e muy contra razón
que un homne mate a otro por cualquier ocasión,
que es contra natura, ca veemos que el león
nin el lobo non mata tales como ellos son.
Quien matare su
prójimo, de Dios será judgado
en este mundo, e en el
otro gravemente penado:
en Caim lo verás cuál es este pecado,
en las penas que hobo, cómo fue castigado.
Quien a tal cosa
ayuda, en consejo o favor,
así es homecida como el matador:
verlo has por Judás,
aquel falso traidor,
que fue en el consejo de matar al Señor.
Otrosí quien enfama
de mal a su cristiano,
matador le dirán, e non es nombre vano,
ca mata e sotierra vivo a su hermano:
por ventura l' valdría
más morir por su mano.
Otrosi quien no
acorre a quien puede ayudar,
matador le diremos, que mucho es de culpar;
quien puede fazer bien e non toma logar,
finca en muy grant culpa e non s' puede salvar.
Si
vieres tu cristiano de fambre perescer,
de frío o de sed o de otro menester,
acórrele si puedes, non le dejes perder:
si por tu culpa muere, habrás de padescer.
Señor, só muy
culpado contra tu mandamiento,
e de todo en todo por
errado me siento:
maté e enfamé e dejé al fambriento
perescer, e acorrí muy tarde al sediento.
Di mucho mal consejo
e otorgué mi favor
por estorbar a muchos de quien habié rencor;
Señor, Tú me perdona
de tan feo error:
non se pierda el alma por cuerpo pecador. |
Mandamiento sesto
El
sesto mandamiento me dize: « Non farás
ni acometrás fornicio, que sabe que habrás
por ende grandes penas, e por la ley verás
como d'este pecado a
Dios enojarás ».
Leemos qu' el
deluvio, que el mundo sumió,
por este pecado solo Nuestro Señor lo dio,
porque los hombres todos que Él fizo e crió
amaban a las gentes que les Ël defendió.
Ha
en este pecado maneras departidas:
las unas son muy malas, otras aborrecidas;
pecado es muy suzio e acórtales las vidas
a los que en él caen: nunca en él comidas.
Si quieres
defenderte d'este pecado tal,
atiempra tu comer, non
sea desigual,
escusa ver mujeres, nunca pienses en ál,
e siempre te acuerda que eres homne mortal.
Señor, vuelve tu
cara, non cates mis pecados,
ca son feos e muchos e muy desaguisados,
e dame la tu gracia
que sean perdonados,
porque pueda salvarme con los tus apartados. |
Mandamiento décimo
La
mujer del mi prójimo el dezeno defiende;
será de grant ventura
el que lo bien entiende
e lo guarda por siempre e non faga porque emiende
en el fuego durable que siempre se enciende.
Lo cuenta el
insiemplo d'este duro pecado
cómo el rey David por él fuera penado,
cuando tomó a Urias,
el su siervo cuitado,
una mujer que había, estando en el fonsado.
Viera el rey David
de un soleador
bañar a Bersabé e tomole amor;
luego de la robar, e fue él forzador:
por que después grant
pena le dio Nuestro Señor.
De aqueste pecado
Dios mucho se ensañó,
por que al rey David en mucho lo penó:
matole luego el fijo que ella d'él concibió
e después del su pueblo setenta mil mató.
Señor
muy piadoso, yo me confieso a Ti
que en este pecado algunt tiempo fallí
e después muy tarde e muy mal me arrepentí:
por que tu piedat, Señor, espero aquí.
Señor mío, Tú
quieras tu siervo perdonar
por la tu misericordia
de que sueles usar,
a este pobre homne, que Tú fueste formar,
pueda por la tu gracia en la tu gloria morar.
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