Silvia Tomasa Rivera

índice

Los pechos de Magaly...

El olor a madera viene de tus piernas...

Ya que niegas...

El deseo

La ciudad

Fin de fiesta

ir al índice

 

Los pechos de Magaly


son dos enormes girasoles


que penden de su cuerpo.


Atropellan desconocidos


y se desbordan sin recelo.


La cintura no es estrecha,


pero la curva de sus caderas


es como para entrar en la vida


y no salir sobria.


Su monte de venus...


un inmenso clavel negro.

Yo quisiera leer los pechos de Magaly


y encontrar a Dios entre sus piernas.

 

PULSA AQUÍ PARA LEER DESCRIPCIONES DEL CUERPO FEMENINO

ir al índice

El olor a madera viene de tus piernas,
allí comienza el bosque.
Las alimañas salen y cosquillean
hasta perder.
El vientre respira.
Nada es desconocido pero descubro
una planta carnívora en el centro,
crecen las hojas, me atrapan, saborean mis pedazos.
El solo espíritu queda flotando
alrededor de un cuerpo que no existe.
La dicha inmerecida. Ahora abril es cierto,
el tiempo es cierto, ya lo vemos pasar
en este instante
porque antes estuvo detenido.

ir al índice

Ya que niegas
a mis manos
el goce del momento
de acariciar tu espalda,
deja que penetren
siquiera mis deseos
hasta la sombra
de tu cuerpo ausente,
para obtener
lo que ni en sueños
quieres darme...
pequeño escurridizo
de mis noches.

ir al índice

El deseo

El deseo: pájaro negro en la noche,
abre sus alas y golpea.
Muerta el alma el deseo la hace espuma,
los caballos del mar ya no están quietos,
se exaltan y pierden.
El hombre se mueve, en esa marea
ahoga sus sentidos.
El deseo, no es un sentir apenas,
yo lo he visto
enrojecer los labios de los muertos

PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS ERÓTICOS

ir al índice

La ciudad

I

De la ciudad
no puedo decir nada
porque llegué dormida
como quien llega al mar
a no pensar.

II

Vivir en la ciudad
es como un sueño largo
uno no sabe nunca
cuándo va a bostezar
y empieza el despertar.

III

La ciudad
es una vaca echada
nadie la vio pasar
pero llegaron a sus ubres
a aprender a mamar.

IV

De la ciudad
no amo a los que dicen
que quieren regresar
la ciudad se hizo para hablar
el mar para callar.

V

La ciudad
tiene el alma de todos
en un hilo invisible
que estrangula las ganas
de llorar.

VI

En la ciudad sólo viven
los que tienen valor
para no regresar
a morderse los sueños
en el mar.

 

ir al índice

Fin de fiesta

Porque no tengo necesidad de hablar
estoy callada.
Suena triste pero es más verdad que el silencio.
Anoche hablé hasta que me dolió la comisura
de los labios.
Pero anoche era un tigre.
Ahora soy aquella, la hija del hombre:
sin mañana
sin semilla
sin voz.
Sólo una idea perdida
entre la ropa sucia.

ir al índice

IR AL ÍNDICE GENERAL