índice 

Vicente Quirarte

Preludio para desnudar a una mujer

Su condición de ola

Belleza

Los bares del Sur

 Preludio para desnudar a una mujer

Que esté, de preferencia, muy vestida.
Por eso es importante que las medias
sigan cada contorno de sus muslos: que disfruten
la pericia, el estilo del tornero
que supo darles curva de manzana,
maduración de fruto al punto de caída.
Goza de la tela perfumada
encima de los jabones y los ríos.
Acaríciala encima: su vestido
es la piel que ha elegido para darte.
Primero las caderas:
es la estación donde mejor preparas
el viaje y sus sorpresas. Cierra los ojos.
ya has pasado el estrecho peligroso
que los manuales llaman la cintura
y tus manos se cierran en los pechos:
cómo saben mirar, las ciegas sabias,
el encaje barroco de la cárcel
que apenas aprisiona dos venados
encendidos al ritmo de la sangre.
Si los broches y el tiempo lo permiten,
anula esa defensa: mientras miras sus ojos
deslízale el sostén. Y si protesta
es tiempo de estrecharla.
Acércala a tu boca y en su oído
dile de las palabras que son mutuas.
En un ritmo creciente, pero lento,
trabaja con los cierres, las hebillas,
los bastiones postreros de la plaza.
Aléjate y admírala: es un fruto
que pronto será parte de tu cuerpo
y tu sed de morderla es tan urgente
como la del fruto que anhela ser comido.
Has esperado mucho
Y tienes derecho a la violencia.
Deja que la batalla continúe
y que el amor condene a quien claudique.

PULSA AQUÍ PARA LEER POEMAS ERÓTICOS

ir al índice

Su condición de ola

  Me sabe a mar,

me sabe a mar colérico en los mástiles.

                                                                                                                                                                                                        Gilberto Owen

¿Verdad que no sabías

 

que los cinceles de mis ojos

 

esculpen tu estatua erecta en el horizonte

 

para que presidas el grito guerrero del mar

 

al asalto de murallas

 

que los niños construyen de sal

 

junto a mis pies?


 

¿Verdad que no sabías

 

que en mi pecho aun crecen

 

colonias de madréporas,

 

presencia y raíz de tus corales manos,

 

y que por corazón conservo

 

el beso más desmesurado de tu boca,

 

extensa, inaprehensible mantarraya?


 

¿Verdad que no podías oír tu propia voz

 

 

llamándome desde la vena rota del mar

 

_abiertas sus cicatrices en la noche_

 

y alerta como faro

 

el laberinto loco de mi oído

 

como espejos múltiples coreándola?


 

¿Verdad que no sabías

 

que antes de concluir tu grito

 

mis sienes ya estaban espinadas

 

por tu corona amarga,

 

yo rabiosa estrella queriendo asirte océano

 

cuando eras sólo espuma?


 

¿Verdad, inocente orca,

 

que nada sabías

 

cuando arrancaste el timón y me dejaste

 

náufrago final del maremoto?

 

ir al índice

Belleza
 

El Sol que nos alumbra


no es un sol presente:


ocho minutos tarda


en llegar a la Tierra.


Cuando dejas la casa,


la hermosura prospera:


tu perfume en la cama


lentamente madura


como un sol generoso


que en presente redime


la pequeña hecatombe


de la alcoba desierta,


la memoria viviente


de dos planetas solos


que entre veinte millones


se encontraron.

 

ir al índice

Los bares del Sur

 

De gitana los ojos;


las ojeras, victoria de la noche.


De renovado mármol la epidermis.


Mascarones de proa, los dos pechos

navegan por el mar de los sargazos


entre ardidos, piratas y sedientos.


Los zapatos celestes, grande y honda la herida
 

del taconear ligero y de la falda
 

que, igual al escote de la blusa,
 

busca el ojo cerrado del ombligo.
 

Y esa risa alevosa, envolvente, cantarina,
 

chorro de luna llena
 

en el sol con muletas de los antros.
 

Engalanada para la sed del Viernes,
 

tomas posesión. A los peones ordenas
 

el trópico en un vaso
 

y ese ron que comienza el tiroteo
 

inunda de llamas dulces tus entrañas.


Mides, con regla de señora, tu dominio,
 

reina de los plebeyos de la barra,
 

ángel entre los torvos y sirenas.
 

Estela de los bares, tú no esperas:
 

veinte cerillos prenden tu cigarro
 

cuando ya lo ha prendido tu bocaza,
 

en pie de alta guerra tus carmines.
 

Acódate y acábame. En tu primer cigarro,
 

une a todas las divas de mi infancia.
 

Concédeme la gracia
 

de guardar en mis ojos tu antebrazo
 

donde quince lunares se congregan
 

para trazar la forma del caballo
 

donde espero llevarte
 

a cabalgar la noche.

 

Que después la mañana nos disuelva.

.

ir al índice

IR AL ÍNDICE GENERAL

グッチ 激安 ポーチ グッチ バッグ トート グッチ トートバッグ 本物 グッチ 激安 代引 グッチ バッグ 本物 グッチ アウトレット メンズ グッチ 長財布 本物 グッチ 財布 メンズ グッチ バッグ 人気 グッチ 激安 長財布 グッチ 激安店 グッチ 財布 本物 グッチ 長財布 店舗 グッチ 激安 アウトレット グッチ アウトレット 本物 グッチ 激安 通販 グッチ アウトレット 店舗 グッチ バッグ グッチ 長財布 アウトレット グッチ 長財布 レディース ルイヴィトン アウトレット 財布 ルイヴィトン アウトレット ルイヴィトン バッグ 新作 ルイヴィトン 長財布 激安 ルイヴィトン 財布 ヴィトン 財布 激安 ルイヴィトン 財布 アウトレット ルイヴィトン 激安 財布 ルイヴィトン バッグ アウトレット ルイヴィトン アウトレット バッグ ルイヴィトン 財布 新作 ルイヴィトン アウトレット 公式 ルイヴィトン 財布 店舗 ルイヴィトン 長財布 通販 ルイヴィトン バッグ ヴィトン 財布 店舗 ルイヴィトン 激安 人気 ルイヴィトン 長財布 ルイヴィトン 財布 人気 ルイヴィトン 長財布 新作